Es cierto que a las autoridades chinas les preocupa la depreciación del yuan frente al dólar. La venta de reservas de divisas ha sido la tradicional estrategia para frenar la tendencia. De hecho, a finales del pasado año las reservas de China rondaban los 3 billones de dólares, desde los casi 4 billones que acumulaban […]
Dirigentes Digital
| 27 ene 2017
Es cierto que a las autoridades chinas les preocupa la depreciación del yuan frente al dólar. La venta de reservas de divisas ha sido la tradicional estrategia para frenar la tendencia. De hecho, a finales del pasado año las reservas de China rondaban los 3 billones de dólares, desde los casi 4 billones que acumulaban a mediados de 2014. En ese momento, el banco central decidió poner en marcha la venta de dólares para frenar la caída del yuan. El dato es importante porque la evolución de las reservas es seguida muy de cerca por los inversores que tratan de entrar en un mercado tremendamente complejo por los obstáculos fiscales y regulatorios para los extranjeros. Algo que el país ha intentado solucionar en los últimos años, con medidas como la puesta en marcha del Shanghai/Hong Kong Stock Connect, que permite a inversores chinos acceder a la Bolsa de Hong Kong y a los extranjeros comprar una clase dr acciones en la Bolsa de Shanghai sin todas las licencias previa sde las autoridades. Algunas voces apuntan también a que este Año del Gallo también será clave en los mercados de renta fija en el país. En declaraciones recogidas por Bloomberg, BlackRock confirmaba que el país podría ser incluido en los próximos meses en los principales índices de bonos globales, una medida que podría atraer millones de dólares de capital extranjero al país y ayudar a reforzar su moneda. El camino por recorrer Pero aún hacen falta reformas que los expertos dudan que el país acometa en el corto plazo. “Es poco probable que las autoridades chinas decidan acometer reformas políticas o estructurales de calado hasta después del congreso del Partido Comunista que se celebrará en noviembre de este año”, explica Aninda Mitra, analista sénior de deuda soberana en Standish, parte de BNY Mellon. “Básicamente, se quiere evitar cualquier tipo de volatilidad macroeconómica o política en los meses previos a la reorganización política más importante de los últimos años, en un momento en el que el presidente Xi Jinping está consolidando su posición en el partido y los objetivos geoestratégicos de China resultan cada vez más ambiciosos”, indica. Desde la firma consideran que que las autoridades chinas cuentan con suficientes reservas en divisa extranjera y con las herramientas administrativas y de política monetaria adecuadas (lo que incluye controles de capital) para mantener la estabilidad macro a corto plazo, lo que generará un entorno relativamente propicio para el crédito denominado en dólares. No obstante, advierten que “si se reducen las reservas en divisa extranjera y el endeudamiento interno continúa aumentando, el tipo de cambio acabará por reflejar el necesario ajuste macroeconómico, sobre todo si se retrasan las reformas estructurales”. En este sentido, Rob Simpson, gestor de deuda de mercados emergentes en Insight, hay quien afirma que la postura estadounidense con respecto al TTP beneficiará a la economía china, pero existen otras cuestiones que podrían condicionar el éxito económico del gigante asiático, como las nuevas normas que imponga la administración Trump con respecto a los acuerdos de comercio internacional. Pese a que desde hace tiempo se ha venido primando la estabilidad económica, China podría verse forzada a defenderse si la política comercial estadounidense le resulta desfavorable, por lo que las prioridades del país podrían verse cada vez más condicionadas por factores externos. ¿Qué tener en cuenta en la renta variable local? Ante estas perspectivas Matthew Vaight, gestor del fondo M&G Global Emerging Markets Fund, advierte de una serie de factores que los inversores deben tener en cuenta a la hora de aproximarse a los mercados financieros del gigante asiático. El experto recuerda cómo la renta variable china se dividen en función de las dos tendencias que caracterizan la economía del país: la tradicional, basada fundamentalmente en la producción de bajo coste y la inversión en infraestructuras, y la nueva economía, centrada en los sectores terciarios, el consumo e Internet. “Las empresas expuestas a la economía tradicional no atraen mucho interés y, por ello, parecen contar con unas valoraciones baratas, si bien es probable que estas valoraciones reducidas estén justificadas”, indica el experto. Por otro lado, considera que “las empresas expuestas a la nueva economía resultan mucho más interesantes y, por ello, presentan unas valoraciones más elevadas”, advirtiendo del desafío al que se enfrentan los inversores: “las empresas de valor parecen constituir posibles “trampas de valor” y las firmas de mayor calidad con mejores perspectivas presentan unas valoraciones que difícilmente podemos justificar”. El experto considera que China es un actor muy relevante de la economía mundial y, con el tiempo, cabría esperar que su mercado de valores creciera tanto en tamaño como en importancia para reflejar adecuadamente la envergadura económica del país. “Desde la perspectiva de la capitalización bursátil, el mercado de acciones A es el segundo mercado más grande del mundo en este momento, pero próximamente se abrirá a los inversores internacionales, por lo que atraerá más capital y se verá reflejado en los índices bursátiles mundiales”.