La autoridad monetaria británica mantiene los tipos en el mínimo del 0,50% desde marzo de 2009, y aunque el consenso esperaba una rebaja el mes pasado, ésta no se produjo. Tampoco reactivó su programa de compra de activos (QE), parado desde que se aumentará en 50.000 millones hasta los 375.000 millones totales en julio de 2012. Sin embargo, […]
Dirigentes Digital
| 04 ago 2016
La autoridad monetaria británica mantiene los tipos en el mínimo del 0,50% desde marzo de 2009, y aunque el consenso esperaba una rebaja el mes pasado, ésta no se produjo. Tampoco reactivó su programa de compra de activos (QE), parado desde que se aumentará en 50.000 millones hasta los 375.000 millones totales en julio de 2012. Sin embargo, el banco central sí señalo que "la mayor parte de los miembros del Comité esperan una mayor flexibilización en agosto".
Por tanto, el consenso descontaba una rebaja del precio del dinero en 25 puntos, hasta el 0,25%, "lo que permitiría al país transitar mejor el proceso de salida de la Unión Europea (UE)", apunta ETF Securities. La firma, no obstante, cree que "la estanflación podría ser la nueva realidad" del país en los próximos años.
Recordemos que las principales investigaciones apuntan a que el resultado del referéndum le costaría al PIB británico entre el 2,5% y el 9% para el período comprendido hasta 2030. Con todo, cabe destacar que el crecimiento del segundo trimestre de Reino Unido se aceleró del 2% al 2,2% interanual en el segundo trimestre, aunque muchos otros indicadores como la confianza empresarial y del consumidor, las ventas al por menor o la producción industrial han sido mucho más negativos de lo previsto.
En este contexto, David Lafferty, estratega jefe de mercado de Natixis Global Asset Management (AM), creía que el BoE podría estar "encajonado. Las expectativas de uno tipos más bajos han debilitado a la libra más de un 10% frente al dólar, un alivio ante el futuro incierto del país, pero la cuestión es ahora si habrá o no más QE". En su opinión, esperar más medidas de este tipo podía ser "demasiado optimista", pero "si podemos anticipar que al menos la posibilidad se pondrá sobre la mesa". Recordemos que se especulaba con la adquisición de entre 25.000 y 50.000 millones de activos adicionales a los 375.000 millones actuales.
Anjulie Rusius, del equipo de renta fija minorista de M&G, cree que con esta última medida "cabría esperar un gran respaldo a la parte central de la curva de la deuda pública británica. En particular, los Gilts con vencimientos en la horquilla de siete a 15 años podrían beneficiarse (…) Esto daría lugar a una curva de tipos más pronunciada y podría servir de ayuda a las entidades con pasivos por pensiones a largo plazo en búsqueda de rendimientos más altos".
Por otra parte, esta experta también vaía posible que volviera a comprar deuda corporativa: "El universo de inversión superaría los 100.000 millones de libras, recayendo buena parte de las compras admisibles en las empresas de servicios públicos. También parece que las inmobiliarias se beneficiarán considerablemente de una expansión cuantitativa corporativa, lo que podría ofrecer cierto respaldo específico a un sector que ya se ha visto especialmente perjudicado".
Respecto a la introducción de tipos negativos, consideraba que "en teoría" puede hacerlo, pero "en la práctica estamos lejos".