Iberdrola ha anunciado este miércoles en Londres que ha obtenido un beneficio neto de 2.804 millones de euros en 2017. Este dato supone un incremento interanual del 3,7%, a pesar de que el resultado se encuentra por debajo de las expectativas de los analistas. El beneficio de la eléctrica se ha visto impulsado por el […]
Dirigentes Digital
| 21 feb 2018
Iberdrola ha anunciado este miércoles en Londres que ha obtenido un beneficio neto de 2.804 millones de euros en 2017. Este dato supone un incremento interanual del 3,7%, a pesar de que el resultado se encuentra por debajo de las expectativas de los analistas. El beneficio de la eléctrica se ha visto impulsado por el efecto de la reforma fiscal en EEUU, que supuso un impacto neto positivo de 1.284 millones de euros, y por el dividendo extraordinario de Gamesa debido a su fusión con la filial de aerogeneradores de la compañía alemana Siemens. Mientras, su resultado bruto de explotación (Ebitda) cayó un 7,8% respecto al de 2016, situándose en 7.319 millones de euros. La energética atribuye este retroceso a los efectos de la sequía en España en la generación energética y a su impacto en el negocio liberalizado de electricidad. La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, la segunda mayor cotizada del sector en Europa, ha asegurado en su presentación de resultados en la capital británica que su beneficio ha crecido por el empuje de los negocios de Redes, principalmente en EEUU, y de Renovables, y por la integración de su filial brasileña Neoenergia. En 2017, las inversiones crecieron un 38% respecto al año anterior hasta los 5.891 millones de euros y se acumularon en los segmentos de negocio regulado, renovables y generación mediante contratos a largo plazo. Un 72% de esas inversiones se destinó a crecimiento, mientras que los efectos de la reforma fiscal en EEUU se han destinado a provisiones y ajustes de valor de su filial en ese país, Avangrid, que elevó su beneficio ajustado un 6%. En su presentación, Iberdrola ha anunciado que propondrá en su próxima junta de accionistas, prevista para el 13 de abril, repartir un dividendo de 0,32 euros brutos por acción, lo que supone una mejora en su rentabilidad a accionista del 3,2% interanual. Además, la energética ha asegurado que incrementará “de forma significativa sus inversiones en los próximos cinco años para sentar las bases para un crecimiento sostenible futuro“. Este alza de la inversión se atribuye a la finalización del proceso de incorporación plena de Neoenergía, empleando la mitad del capex a redes y más de un tercio a renovables. De este modo, Iberdrola actualiza su estrategia a medio y largo plazo, situando su objetivo de inversión para el periodo 2018-2022 en 32.000 millones de euros, frente a los 25.000 millones que contemplaba para 2016-2020. Además, prevé que su Ebitda alcance los 12.000 millones de euros y que el beneficio neto se sitúe entre 3.500 y los 3.700 millones, lo que permitiría elevar su dividendo a 0,4 euros por título en 2022.