Gestión activa y gestión pasiva. Los enfoques de inversión tradicionales se han quedado obsoletos, y los inversores buscan una tercera vía a medio camino entre ambas. Es aquí donde surge el concepto de Factor Investing, una inversión basada en aislar una o varias fuentes de rentabilidad. Entre ellas, el mundo académico parece bastante de acuerdo […]
Dirigentes Digital
| 23 ago 2017
Gestión activa y gestión pasiva. Los enfoques de inversión tradicionales se han quedado obsoletos, y los inversores buscan una tercera vía a medio camino entre ambas. Es aquí donde surge el concepto de Factor Investing, una inversión basada en aislar una o varias fuentes de rentabilidad. Entre ellas, el mundo académico parece bastante de acuerdo en identificar seis distintas: value, momentum, tamaño, volatilidad, calidad y dividendos. Cada una de esta estrategias de la inversión por factores va, además, muy ligada al nacimiento de los ETFs de beta estratégica (smart beta). Siendo productos de gestión pasiva, pretenden obtener una rentabilidad por encima de los índices tradicionales, o al menos reducir el riesgo de esos mismos indicadores. Firmas como BlackRock o Robeco llevan aplicando este concepto con éxito desde hace años. “Ahora se ha puesto de moda porque nos permite utilizar datos de los que antes no disponíamos”, indica Pablo Moreno, director de negocio de distribución en Robeco Spain, recordando que “el 70% de los fondos en EEUU que han aplicado estos métodos factoriales han logrado batir al mercado”. El boom del Factor Investing comenzó en 2008, cuando el fondo soberano de Noruega encargó a tres especialistas un estudio para averiguar por qué el fondo no se había comportado según lo esperado. Y la conclusión fue clara: buena parte de su mal comportamiento fue debida a no tener en cuenta estos factores o a estar expuestos más de lo debido a ciertos “factores perniciosos” sin la adecuada diversificación. Desde entonces, son un clásico en su asignación de activos. ¿QUIÉN USA LA INVERSIÓN POR FACTORES? Un reciente estudio de la firma Spence Johnson indica que el mercado de fondos de inversión correspondiente a la inversión por factores se incrementará en Europa de 132.000 millones de euros en 2014 a 340.000 millones de euros en 2019. Y son los inversores institucionales los que lideran esta tendencia. “Hay estudios que demuestran que más del 40% emplea estas estrategias”. Las gestoras saben de este potencial y en los últimos años han desarrollado su oferta en el sector a través de los ETFs de Smart Beta. Según datos de la consultora ETFGI, los de renta variable registraron un crecimiento del 18,1% el pasado año hasta los 497.000 millones de dólares. Los activos en estos fondos crecieron un 30,6% en los últimos cinco años. El informe de la consultora indica cómo a cierre de noviembre de 2016 existían 1.179 ETFs y ETPs de Smart Beta Equity de 145 proveedores en 37 mercados financieros. iShares ha sido el gran beneficiado de esta tendencia, con 30.970 millones de dólares en entradas en estos productos en 2016, seguido de Vanguard con 11.470 millones de dólares, y Charles Schwab Investment Management, con 4.460 millones de dólares de entradas netas. (Siga leyendo el artículo completo aquí: El boom del factor investing)