La nueva forma de comportamiento de los millennials, en oposición a la de sus padres o abuelos, está transformando por completo las prácticas de consumo, pues prefieren el gasto a corto plazo al tradicional ahorro a largo plazo. Pero no solo eso, sino que tienen pocas expectativas de que la situación mejore y en muchas […]
Dirigentes Digital
| 19 jun 2016
La nueva forma de comportamiento de los millennials, en oposición a la de sus padres o abuelos, está transformando por completo las prácticas de consumo, pues prefieren el gasto a corto plazo al tradicional ahorro a largo plazo. Pero no solo eso, sino que tienen pocas expectativas de que la situación mejore y en muchas ocasiones sólo optan por disfrutar de la oferta gratuita que van encontrando a su alrededor.
En el diario económico ‘Financial Times’ los describen como la "columna vertebral de la economía del futuro" y alertan a los empresarios de que si no son capaces de venderles ahora, sus negocios tendrán problemas durante la próxima década, cuando éstos se hagan adultos. Es decir, necesitan fidelizarlos como clientes desde su juventud o será imposible hacerse con ellos más tarde.
Llegados a este punto, queda claro que la prioridad de tener una vivienda en propiedad no está en lo más alto de su lista de posibilidades, que no de deseos, ya que se ven forzados a mudarse cada año de un lugar a otro en busca de un alquiler más barato con las maletas a cuestas.
Subida de las tasas universitarias
Introducidas justo antes del año 2000, las tasas universitarias en Reino Unido han pasado de ser de unas 3.000 libras anuales, a situarse en una media de 9.000 libras (unos 11.5000 euros), por lo que no es difícil encontrarse con muchos estudiantes que terminan sus estudios con una deuda de casi 40.000 libras (unos 50.900 euros), al día siguiente a su graduación.
Una nueva realidad que obliga a los jóvenes a sufrir recortes mensuales de sus ya bajos salarios para pagar sus deudas. Para algunos el panorama se presenta tan negro, que les lleva hasta varias décadas finalizar los pagos. Y eso en el mejor de los casos, pues muchos ni consiguen encontrarlo tan pronto como les habían prometido cuando estudiaban una carrera o incluso un máster.
En el caso de Matthew, acaba de terminar un doctorado en Historia por la Universidad de Sheffield. Desde que leyó su tesis centrada en la Guerra Civil española el pasado noviembre, afirma que se ha presentado a una treintena de puestos en diversas universidades del país. "Parece que colecciono respuestas con el típico ‘muchas gracias por su aplicación, tiene usted un gran currículum, lamentamos comunicarle…’ y demás. Lamentablemente no soy un caso aislado, lo hablo mucho con mis amigos y no me parece un momento fácil para los jóvenes", lamenta.
Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de junio, ya en su quiosco.