Rusia lucha por atenuar los males de su economía, pero por ahora el resultado continúa siendo una divisa a la baja y unas perspectivas de crecimiento negativas. El banco central del país ha elevado los tipos de interés del 9,5% al 10,5%. El objetivo de esta decisión es luchar contra la inflación del país que […]
Dirigentes Digital
| 11 dic 2014
Rusia lucha por atenuar los males de su economía, pero por ahora el resultado continúa siendo una divisa a la baja y unas perspectivas de crecimiento negativas. El banco central del país ha elevado los tipos de interés del 9,5% al 10,5%. El objetivo de esta decisión es luchar contra la inflación del país que marcó una cifra del 9,1% en el último dato registrado. Además, el aumento del precio del dinero espera ser una forma de contrarrestar la senda bajista que ha tomado el rublo.
La divisa rusa acumula una caída de alrededor del 40% en el año y continúa marcando mínimos contra el dólar. En este sentido, el viernes bajó hasta cambiarse por 55 dólares y 68,3 euros. La subida de tipos no ha sido la única medida tomada desde la institución, que ya inyectó la semana pasad 4.500 millones de dólares para tratar de dinamizar la economía. En el acumulado del año, el banco central ha invertido 75.000 millones de dólares para apoyar la divisa.
Sin embargo, el desplome del precio del petróleo está pasando factura a la economía de Moscú. El país productor de esta materia prima ve cómo el precio del barril no deja de bajar y con ello sus perspectivas de crecimiento. Si bien un rublo débil debería favorecer a las exportaciones del país en el caso de Rusia esto ni siquiera sirve de consuelo dado que las principales empresas del país están relacionadas con el petróleo. La consecuencia es que ni mejoran las exportaciones, ni mejora la situación económica del país.
Los efectos de la crisis de Ucrania
Esta situación que se está viviendo en los últimos tiempo se acumula a la crisis ucraniana que aunque ha quedado fuera de foco está todavía sin resolverse. El conflicto por Ucrania dejó a Rusia aislada en sus relaciones comerciales con la UE y con Estados Unidos, lo que también ha afectado a sus vías de crecimiento. De esta forma, Rusia busca nuevos aliados en el terreno internacional. En este sentido, en octubre Rusia anunció la firma de 50 acuerdos comerciales con China. Esta semana Vladimir Putin ha anunciado además un acuerdo con India para construir doce centrales nucleares en el país en los últimos años. El problema reside ahora en ver si este cambio estratégico consigue compensar la caída de las relaciones comerciales con los principales bloques económicos globales.
Mientras se dilucida el futuro económico del país, el Ejecutivo ya ha revisado a la baja las perspectivas de crecimiento. El Gobierno estima que el crecimiento del PIB del año que viene será negativo.
En otro orden de cosas, la deuda también ha comenzado a verse como uno de los problemas que debe afrontar el país. No tanto a nivel del Estado, dado que el porcentaje de esta sobre el PIB ronda el 32%, sino más bien a nivel de empresas. Aunque los vencimientos a corto plazo parecen fáciles de afrontar según apuntan los analistas, el problema puede llegar en el largo plazo si el rublo continúa con esta bajada frente a otras monedas.