Primero la mala climatología enfrío la recuperación estadounidense y llevó a la autoridad monetaria a no dar el paso en primavera; después, tras el verano, se produjo un nuevo retraso, ésta vez por "culpa" de la inestabilidad de los mercados ante las dudas que planteaba (y plantea) la economía China. Ahora, a escasos días de […]
Dirigentes Digital
| 17 dic 2015
Primero la mala climatología enfrío la recuperación estadounidense y llevó a la autoridad monetaria a no dar el paso en primavera; después, tras el verano, se produjo un nuevo retraso, ésta vez por "culpa" de la inestabilidad de los mercados ante las dudas que planteaba (y plantea) la economía China. Ahora, a escasos días de acabar 2015, la Fed cumple su "promesa" e incrementa los tipos en apenas 25 puntos básicos, hasta el rango comprendido entre el 0,25% y el 0,50%.
Se abre así un nuevo periodo de precio del dinero al alza después de siete años en cero. Ahora bien, será un ciclo diferente, la gran crisis financiera que estallara en 2008 ha cambiado la economía, los mercados, la política… y también esto. Pues tanto el comunicado de la autoridad monetaria, como su presidenta, han dejado claro que no habrá incrementos automáticos y, sobre todo, que será la evolución económica la que marque cualquier movimiento en este sentido.
En concreto, las expectativas de la Fed para los tipos se mantuvieron sin cambios para finales de 2016 (1,375%) y se redujeron para 2017 (2,375%) y 2018 (3,25%). Así las cosas, el consenso descuenta ahora que, al menos, hasta abril del próximo ejercicio no se volverá a tocar el precio del dinero.
Comienzan las cábalas y las quinielas, inversores y gestores se centran ahora en el ritmo de subidas, y los expertos advierten que estos cálculos y estimaciones traerán de nuevo volatilidad e incertidumbre al mercado, más allá del rally de alivio que vivimos, y a las que habrá que sumar los primeros efectos de la normalización monetaria en Estados Unidos, tanto dentro como fuera del propio país y en los diferentes activos de inversión.
El peligro de los "distintos compases"
Para Luke Bartholomew, gestor de inversiones de Aberdeen Asset Management, el banco central norteamericano apunta a cuatro subidas el año que viene y esto es más de lo que espera el mercado. "En los últimos años, las previsiones de la Fed han sido equivocadas y los mercados han acertado. Podemos estar finalmente, ante un punto de inflexión, donde los segundos comienzan a tomar más serio las propias previsiones de la primera", destaca.
Mientras, Keith Wade, economista jefe de Schroders, advierte que, a pesar del compromiso de Yellen con un ajuste gradual de los tipos, "el peligro reside en que, si se interpreta que están siendo más duros que las bajísimas expectativas que los mercados se han forjado, el dólar se apreciará y seguirá presionando a la baja la inflación. Así, la normalización de los tipos de interés podría estancarse a medida que la moneda descuente la política de la Fed".
Stephanie Sutton, directora de inversiones en Fidelity International, coincide al señalar que cualquier aceleración del ritmo "podría provocar incertidumbre y volatilidad. Además, aunque la subida en sí misma viene a refrendar la buena salud de la economía estadounidense, lo cierto es que hace más pesado el lastre de deuda tanto para los hogares como para las empresas. Sin embargo, afortunadamente el riesgo de problemas de pago o de un aumento de los impagos tras la subida de tipos es reducido".
Bolsa, deuda y dólar: estrategia de inversión
Los activos de riesgos celebran el cierre de esta incertidumbre, mientras la renta fija mantiene la calma y digiere el principio del fin del dinero barato en Estados Unidos, y el dólar se fortalece. "La reacción correcta y, probablemente, la buscada por la autoridad norteamericana", afirma tajante el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano.
Por su parte, Stefan Kreuzkamp, CIO de Deutsche Asset & Wealth Management (Deutsche AWM), resta importancia a este primer impacto, pues normalmente refleja el reposicionamiento a corto plazo de los inversores "y el reducido volumen pre-navideño prima más que cualquier revaluación fundamental de hacia dónde se encamina la economía norteamericana".
Con todo, este experto señala que este incremento estaba ya incluido en sus perspectivas para el año que viene (aguardan dos subidas más) y no hay nada que cambiar: "Seguimos apostando por Bolsa, con una ligera preferencia por Europa y Japón frente a Wall Street (…) Ante la fortaleza de la mayor parte de las compañías desarrolladas, vemos cualquier debilidad en su renta variable como una oportunidad de compra", concluyen. En lo que respecta a la estrategia sectorial, eligen consumo cíclico e industria financiera.
No obstante, reconocen los riesgos asociados a un endurecimiento de la política monetaria, como las salidas de fondos de los activos de riesgos, como el high yield estadounidense o emergente. En este sentido, Mondher Bettaieb, director de crédito corporativo de Vontobel AM, afirma que "quizá la Fed podría volver a subir los tipos de interés en junio y a diferencia de las expectativas del mercado que hablan de cuatro subidas, consideramos que a lo mejor solo podrían producirse dos. Todo este escenario anteriormente descrito crea un entorno favorable para el crédito corporativo que podrá seguir beneficiándose del factor positivo del carry".
Por el contrario, Kevin O’Nolan, gestor de fondos de Fidelity International, incide en la idea de qu existe "el riesgo real de que los tipos suban más rápido de lo previsto en 2016, dado que la Fed está a punto de cumplir con su doble mandato. Probablemente veamos nuevas subidas del dólar, lo que tendrá repercusiones para los mercados emergentes, las materias primas y los beneficios de las empresas estadounidenses".
Bank of America Merrill Lynch coincide en que la autoridad monetaria no ha sido todo los dovish que se esperaba y recuerda que es difícil "arrancar un ciclo alcista de tipos y ‘abrazar’ al mercado de deuda". En su opinión, aunque las perspectivas a corto plazo "no son claras, seguimos viendo al dólar escalando posiciones en el próximo año".
Al mismo tiempo, BlackRock recomienda a los inversores ver este aumento de tipos "como lo que es: un a buena noticia y reflejo de la fortaleza de Estados Unidos". Ahora bien, reconocen que se deben preparar para una mayor volatilidad, sin olvidar que aunque el precio del dinero ya no está en cero, se mantiene en niveles extremadamente bajos y, probablemente, así seguirá durante algún tiempo. Su apuesta de inversión pasa por Bolsa, europea y nipona, frente a renta fija y estrategias neutrales de mercado como largos/cortos en renta variable y crédito.