El caso de China es obviamente preocupante y se debe principalmente a la pérdida de credibilidad del Gobierno. De hecho, China ha relajado la política fiscal y monetaria dramáticamente desde el tercer trimestre para gestionar su elevada deuda y los reembolsos de capital. Globalmente, el efecto de contagio de la desaceleración china podría ser elevado […]
Dirigentes Digital
| 15 ene 2016
El caso de China es obviamente preocupante y se debe principalmente a la pérdida de credibilidad del Gobierno. De hecho, China ha relajado la política fiscal y monetaria dramáticamente desde el tercer trimestre para gestionar su elevada deuda y los reembolsos de capital.
Globalmente, el efecto de contagio de la desaceleración china podría ser elevado dado que China aportó el 35% del crecimiento del PIB mundial durante los últimos cinco años. A pesar de la tendencia de débil crecimiento, se mantiene como un motor fundamental del crecimiento mundial. Claramente, el fuerte efecto de contagio se verá en los países asiáticos, cuyas economías están estrechamente ligadas a la china. Para Estados Unidos, el impacto podría no ser despreciable ya que China es su tercer mayor socio exportador y el mayor importador; incluso aunque el consumo doméstico continúe siendo el principal catalizador del crecimiento. Para Europa, todavía existen esperanzas dado que la recuperación económica parece deberse principalmente al consumo interno, y esto depende relativamente poco del crecimiento chino (salvo para algunos exportadores alemanes).
El renminbi es el detonante clave para las correcciones actuales del mercado. La depreciación de la divisa china genera preocupaciones en los mercados financieros globales en un gran número de frentes: ¿Está la economía chino desacelerándose más rápido de lo deseado? ¿Cuál es el impacto deflacionario de la debilidad de la divisa china para el resto del mundo? ¿Qué hay acerca de la competitividad de los productores extranjeros y sus márgenes en un escenario de devaluación en china? ¿Estamos al borde de una dañina guerra de divisas?
La devaluación de la divisa china está impactando en las economías que son altamente dependientes de las importaciones chinas, ya que la devaluación de la divisa hace que las exportaciones chinas más baratas y las importaciones más caras. Para preservar su competitividad, Vietnam, Tailandia y Malasia e incluso India pueden tener que devaluar sus propias divisas y la depreciación de sus monedas podría desencadenar o ampliar los reembolsos de los inversores respaldados por la menor confianza económica, los temores de que impacte en los beneficios corporativos y la mayor más volatilidad.
Las consecuencias negativas podrían verse también en el sector corporativo chino y en las compañías asiáticas. Entre ellas se encuentra la deuda denominada en dólares, pero también el posible endeudamiento futuro. Los préstamos denominados en dólares han aumentado en el sector corporativo asiático, especialmente en los sectores de tecnologías de la información, desarrollo inmobiliario y el financiero. Esto, junto con la desaceleración económica, podría tener impacto en los beneficios corporativos.
Otro efecto del contagio de China puede verse entre los precios de las materias primas. El primer impacto será a través de una menor demanda de petróleo, lo que impactará en los países productores. Además de eso, la debilidad de las 'soft commodities' impactará especialmente en Nueva Zelanda (el mayor exportador de leche a China) y la debilidad de los precios de los metales afectará sobre todo a Australia (principal exportador de hierro y Zinc a China).
Dicho esto, la correlación entre los índices asiáticos no es demasiado elevada. De hecho, la desaceleración china y la debilidad del renminbi tienen un mayor efecto contagio en las pequeñas y medianas compañías locales asiáticas, ya que las grandes empresas de los índices asiáticos suelen ser más internacionales y estar relativamente bien diversificadas geográficamente. Además, el mercado chino es mayoritariamente local, lo que significa que el contagio hacia los flujos extranjeros es más limitado. El índice de Hong Kong es solo un índice asiático, con una correlación superior a 0,5 con el Shenzen 300, debido a la presencia de las compañías chinas (acciones clase H) y la fuerte correlación de los beneficios corporativos con el renminbi. Los índices de Malasia, Vietnam, Tailandia y Corea tienen una correlación con el mercado chino a tres años que todavía se sitúa por debajo del 0,30 y a un año se encuentra alrededor del 0,32.
Michele Pedroni, analista financiero de SYZ Asset Management.