El mandato del laborista holandés Jeroen Dijsselbloem como presidente del Eurogrupo concluye en enero, tras haber perdido su condición de ministro de Finanzas de su país. Ahora, a dos semanas para que se oficialice su salida, la carrera por la sucesión se ha reactivado. El próximo 30 de noviembre concluye el plazo para que los ministros […]
Dirigentes Digital
| 21 nov 2017
El mandato del laborista holandés Jeroen Dijsselbloem como presidente del Eurogrupo concluye en enero, tras haber perdido su condición de ministro de Finanzas de su país. Ahora, a dos semanas para que se oficialice su salida, la carrera por la sucesión se ha reactivado. El próximo 30 de noviembre concluye el plazo para que los ministros de Finanzas y de Economía de los 19 países de la eurozona presenten sus candidaturas a través de una carta de motivación. Al día siguiente, Dijsselbloem dará a conocer los aspirantes en liza y el 4 de diciembre los miembros del Eurogrupo votarán a su próximo presidente. Para alcanzar la presidencia, el candidato más votado debe obtener una mayoría simple en una votación secreta. En caso de que ninguno consiga ese respaldo en la primera ronda, se seguirá votando hasta conseguir el apoyo de diez de los 19 países del euro. Una vez alcanzada la mayoría, el mandato del nuevo presidente comenzaría el próximo 13 de enero. Hasta el momento, cuatro ministros de la eurozona han dejado entrever sus aspiraciones: el socialista eslovaco Peter Kazimir, el conservador austríaco Hans Schelling, el liberal luxemburgués Peter Gramegna y el socialista portugués Mario Centeno. Para alcanzar el respaldo suficiente para ser el próximo presidente del Eurogrupo, los candidatos deberán conjuntar tanto los apoyos de su respectivo grupo parlamentario como los distintos factores geopolíticos vinculados a su país de procedencia. De este modo, uno de los favoritos en la carrera para dirigir el Eurogrupo, Peter Gramegna deberá compensar la fuerte representación de su país en las instituciones europeas para resultar un candidato viable, ya que el presidente de la Comisión Europea y ex presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, también procede de Luxemburgo. Mientras, el austríaco Hans Schelling podría granjearse el apoyo de aliados tradicionales como Alemania, Finlandia o Bélgica, pero tiene que superar el hándicap de pertenecer al Partido Popular Europeo, que ya ostenta las presidencias de la Eurocámara, el Consejo Europeo y la Comisión. Respecto a Mario Centeno, contará con la ventaja del apoyo de España, que renunció a presentar a su ministro Luis de Guindos por falta de apoyos. También jugará a su favor la escasa representación con la cuentan cuenta en las instituciones comunitarias Portugal en concreto y el sur de la Unión Europea en general. Sea como fuere, hasta que el próximo día 30 se oficialicen las candidaturas todavía podrían producirse sorpresas. De hecho, no se descarta que se incorporen a la carrera candidaturas inesperadas, como la del ministro galo Bruno Le Maire o la letona Dana Reizniece-Ozola.