Una de las grandes luchas de Estados Unidos durante los últimos años ha sido la de conseguir la independencia energética. Con numerosas implicaciones en su economía, el abastecimiento energético puede cambiar la forma de relacionarse con el resto de potencias mundiales. Prueba de ello son los últimos conflictos geopolíticos entre Rusia y Ucrania. De hecho, […]
Dirigentes Digital
| 16 feb 2015
Una de las grandes luchas de Estados Unidos durante los últimos años ha sido la de conseguir la independencia energética. Con numerosas implicaciones en su economía, el abastecimiento energético puede cambiar la forma de relacionarse con el resto de potencias mundiales.
Prueba de ello son los últimos conflictos geopolíticos entre Rusia y Ucrania. De hecho, hace dos años, la Agencia Internacional de la Energía ya hacía hincapié en que los efectos de la evolución energética en EE.UU. se sentirían más allá de Norteamérica y de la industria.
Ya en 2013, el país se convertía en el principal productor de petróleo y de gas natural del mundo, superando a Rusia o a Arabia Saudí gracias a las nuevas técnicas para extraer hidrocarburos en Texas o Dakota del Norte.
Aunque en el caso del gas natural, es en la costa este donde más se extrae. Un dato importante teniendo en cuenta que el mercado del gas natural se centra fundamentalmente en tres regiones: EE.UU., Europa y Asia). Y, por tanto, la diferencia de precios entre los tres principales productores es muy amplia.
Un informe de Crédito y Caución señalaba a mediados de 2014 que "desde que comenzó el milenio, los precios del gas en Asia se han triplicado hasta ser los más elevados del mundo. En el mismo periodo, los precios del gas se han duplicado en Europa. Mientras tanto, en Estados Unidos, los precios no han dejado de caer".
Esto cobra relevancia tras el reciente desplome de los precios del petróleo. Tan sólo unos días atrás, el barril del Brent, de referencia en Europa, cotizaba por debajo de los 57 dólares. Para hacernos una idea, hace sólo ocho meses su precio era superior a los 110 dólares. En el caso de su homólogo norteamericano, el barril de Texas, ha llegado a cambiarse por debajo de los 52 dólares.
Gas natural, ¿aliado o enemigo?
Para los analistas de Citi, mientras el mercado del petróleo busca un nuevo equilibrio entre los precios desorbitados de hace un año y el suelo al que han llegado a cotizar, el mercado del gas natural tendrá un papel fundamental en el sector. También será fundamental a la hora de financiar a ambos productores. Para la entidad, unos bajos precios en el gas podrían tirar por los suelos la rentabilidad de la producción de petróleo.
Citi señala que cuando el precio del gas colapsó hasta los 2 dólares en 2012, parecía que la industria más rentable sería siempre la del petróleo. Tradicionalmente, con cada aumento de la producción del petróleo durante los últimos cuatro años, la producción de gas se reducía ya que era menos rentable. En cambio, con este nuevo escenario, el mercado del gas vuelve a ser interesante para los inversores.