La caída en los precios del crudo, el rumor sobre posibles defaults en Rusia y la pérdida de soportes técnicos están detrás de una oleada de ventas que ha puesto punto y final a las ganancias positivas que aún mantenía la Bolsa española en el acumulado de 2014. Por primera vez desde el pasado mes […]
Dirigentes Digital
| 15 dic 2014
La caída en los precios del crudo, el rumor sobre posibles defaults en Rusia y la pérdida de soportes técnicos están detrás de una oleada de ventas que ha puesto punto y final a las ganancias positivas que aún mantenía la Bolsa española en el acumulado de 2014. Por primera vez desde el pasado mes de octubre, el selectivo pierde la barrera de los 10.000 puntos.
A pesar de que la jornada había comenzado tranquila y con la esperanza del rebote tras las fuertes pérdidas de la semana pasada, Rusia ha dado un giro completo a las expectativas, después de que su banco central haya reconocido que la economía el país podría contraerse un 4,5% el próximo año si el precio del petróleo se mantiene en los 60 dólares. La Bolsa local ha sido la peor parada de la jornada, con un desplome del 10% en el índice RTSE, mientras que el rublo sigue cayendo a plomo frente al dólar. Esta vez, un 9%, su mayor caída diaria desde 1.999. El organismo monetario ya ha sufrido un fuerte "desfalco" de divisas en sus múltiples intentos por sostener la cotización de la divisa, pero él mismo ha calculado que el próximo año habrá salidas de capital por unos 75.000 millones de dólares.
Con el Brent en 61 dólares y el West Texas rondando los 57, los expertos no consideran que los precios vayan a caer mucho más. Pero el miedo al impacto sobre los países productores, entre ellos Rusia, es evidente. Ramon Forcada, Director de Análisis de Bankinter, explica que "con el petróleo a 60 dólares (más o menos) ya se ha alcanzado una cota francamente disuasoria para la producción en base a fracking (que es lo que pretendía Arabia Saudí) y lo suficientemente adversa para Rusia, Irán y Venezuela, que era el objetivo de EEUU".
A su juicio, ambos jugadores han cubierto ya sus objetivos: detener las inversiones en extracción por fracking para que ese petróleo no compita con el saudí y colocar en una situación financieramente comprometida a los países mencionados (la mitad de los ingresos fiscales rusos provienen de la energía, Venezuela tiene construido su presupuesto a 115 dólares/b y las exportaciones de petróleo son su única fuente de divisas). "Por tanto, una vez cumplidos sus objetivos, lo más probable es que el petróleo se estabilice en torno a 60 dólares y a continuación rebote modestamente… sin llegar a recuperarse de forma consistente porque la situación de oferta/demanda ha cambiado estructuralmente".
El problema es que lo que hasta hace poco era visto como un factor positivo para impulsar el crecimiento económico en Europa, ahora se ha convertido en un quebradero de cabeza para los países productores de petróleo. Y para aquellos que ven cómo la caída de los precios de la energía puede avivar los temores a la deflación en Europa.