Rebaja de tipos al 0,25%, reactivación de su programa de compras de activos (QE) hasta los 435.000 millones de libras (60.000 millones adicionales), adquisición de deuda corporativa por importe de 10.000 millones y financiación para los bancos. El ‘bazuca’ de la autoridad monetaria británica está en marcha y ‘gusta’ a unos mercados que necesitaban ‘buenas’ […]
Dirigentes Digital
| 05 ago 2016
Rebaja de tipos al 0,25%, reactivación de su programa de compras de activos (QE) hasta los 435.000 millones de libras (60.000 millones adicionales), adquisición de deuda corporativa por importe de 10.000 millones y financiación para los bancos. El ‘bazuca’ de la autoridad monetaria británica está en marcha y ‘gusta’ a unos mercados que necesitaban ‘buenas’ noticias, ante el descalabro del petróleo y la delicada situación del sector financiero europeo.
Sin embargo, tal y como señaló el propio gobernador del BoE, Mark Carney, la política monetaria no puede solucionar y mitigar todo el impacto de la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE). De hecho, llevó a cabo una fuerte rebaja de previsiones. Así, expertos como Link Securities creen que el resultado del referéndum seguirá "siendo un foco de incertidumbre en los mercados, a la espera probablemente de que sea ahora el Gobierno el que anuncie su plan de acción".
Además, añaden, a pesar de que los principales indicadores macroeconómicos de la Zona Euro se han mostrado "más o menos inmunes" al Brexit, tras el deterioro para la economía británica adelantado por las previsiones del BoE, "creemos que será sólo cuestión de tiempo que la ralentización se contagie a la UE".
Coincide, Mitul Patel, responsable de tipos de interés de Henderson Global Investors, al apuntar que el banco central ha usado "todo su arsenal de una vez" y, aunque ha señalado que aún tiene margen de maniobra, "es poco probable que los mercados consideren que, llegados a este punto, la política monetaria pueda hacer mucho más para impulsar tanto el crecimiento como la inflación. La atención probablemente se centre en la política presupuestaria a medida que nos adentremos en el cuarto trimestre".
De la misma opinión es Azad Zagana, economista y estratega europeo de Schroders, quien considera que las medidas anunciadas por el Banco de Inglaterra, como mucho, harán de "colchón" para la caída que se espera, pero no son la "panacea". Así, afirma que "la política fiscal debe ahora moverse de la austeridad al estímulo. El BoE se está quedando sin munición y debe ser realista con cuánto soporte es capaz de proveer".
El mercado laboral estadounidense sigue fuerte
Y de un banco central a otro. La Reserva Federal (Fed) tenía este viernes una cita clave con la publicación del Informe de Empleo de julio en Estados Unidos, que arroja la creación de 255.000 puestos de trabajo, frente a los 180.000 previstos. Aunque la tasa de paro se mantiene en el 4,9%, frente al descenso al 4,8% previsto; por su parte, el salario por hora trabajada repunta un 2,6% en tasa interanual. Se revisan al alza los datos de mayo (a 24.000 desde 11.000) y junio (a 292.000 desde 287.000).
"El dato ha cobrado si cabe mayor relevancia tras un PIB del segundo trimestre muy decepcionante que muestra una clara desaceleración", señalan desde el Departamento de Análisis de Bankinter. Destcan que una cifra muy superior a las expectativas, "permitirían pensar que el ciclo expansivo continúa y que en el tercer trimestre puede producirse una aceleración del crecimiento y una mejora de los resultados empresariales". Mientras, que cualquier número por debajo de 160.000, "frenaría las Bolsas, aunque el retroceso sería leve porque un mal dato de empleo reduce la probabilidad de que la Fed suba tipos en 2016".