Por su parte, la bolsa rusa y el rublo se han hundido, llegando a perder un 15% y un 25%, respectivamente. De nada ha servido que el Banco de Rusia subiera, por sorpresa, los tipos de interés hasta el 17%, desde el 10,5% anterior. En lo que va de año ha incrementado el precio del […]
Dirigentes Digital
| 16 dic 2014
Por su parte, la bolsa rusa y el rublo se han hundido, llegando a perder un 15% y un 25%, respectivamente. De nada ha servido que el Banco de Rusia subiera, por sorpresa, los tipos de interés hasta el 17%, desde el 10,5% anterior. En lo que va de año ha incrementado el precio del dinero desde el 6% y su divisa ha perdido la mitad de su valor respecto al dólar.
La autoridad monetaria trata de frenar la depreciación de la moneda pero, por el momento, no lo ha conseguido, y controlar la elevada inflación, así como poner fin a la fuga de capitales.
Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, recuerda que la "crisis económica de Rusia comenzó a principios de año con su apoyo público a los independentistas prorrusos en algunos territorios de Ucrania, lo que derivó en sanciones comerciales de la Unión Europea (UE) y EEUU".
Por si fuera poco, añade este experto, tenemos al precio del petróleo, uno de los pilares de la actividad del país, en mínimos de los últimos cinco años. "De hecho, el Banco de Rusia ha llegado a pronosticar una caída del 4,5% en el PIB de 2015 si el crudo no remonta".
López-Gálvez destaca que "en España, la situación de Rusia afecta a la llegada de turistas al país y a la inversión de estos en nuestro mercado inmobiliario. Pero al país europeo al que más daño hace es a Alemania, con el que mantenía lazos comerciales muy importantes, viéndose en la actualidad mermadas sus exportaciones a territorio ruso". Al mismo tiempo, multinacionales de todas partes del mundo, especialmente las dedicadas al consumo, industria y banca de inversión están viendo reducidos sus resultados en Rusia".
Estamos ante una simple corrección del mercado ¿o algo más?
Ramón Morell, analista de ETX Capital en España, destaca que acumulamos seis días de caídas del S&P y una fuerte corrección en el Ibex 35, aunque personalmente no cree que haya llegado la "gran caída", si apunta a que "hay higiene en los mercados y con estos retrocesos muchos inversores creen llegado el momento de descansar hasta el año que viene y dejan saltar los stops y a disfrutar de la Navidad".
Considera este experto que "podríamos ver alguna corrección más y también subidas importantes en estos pocos días que quedan del mes, pero todo un poco exagerado por la falta de volumen detrás". En lo que respecta a la bolsa española, señala que los "fundamentales apunta al verde en las principales empresas" y noticias como la de Repsol comprando Talisman "animan a inversores" con dinero. "Soy optimista para nuestra bolsa aunque podamos ver los 9.500 también antes de subir por encima de 10.500", concluye.
Mientras, Juan J. Fdez-Figares, director del Departamento de Análisis de Link Securities, considera que "las bolsas deben digerir el impacto de la brusca caída del precio del crudo. Cuando un activo de la importancia de éste corrige con tanta virulencia siempre hay efectos negativos en el corto plazo, bien de tipo financiero, bien de tipo geopolítico".
No obstante, a medio plazo, explica que el abaratamiento de la energía que conllevan los descensos del petróleo será muy positivo para el crecimiento global, pues estos suponen como una reducción de impuestos ya que es "dinero fresco en las manos de los consumidores".
Este hecho, sumado al "apoyo incondicional de los bancos centrales a sus respectivas economías y a la falta de alternativas a la renta variable (bonos muy caros y depósitos bancarios poco atractivos) creemos que hacen de este activo el más atractivo. Es por ello que a medio plazo creo que las bolsas subirán y recuperarán lo perdido estos días".
Finalmente, Daniel Pingarrón, estratega de IG, advierte que "los mercados viven uno de sus momentos más complicados de todo el año. La evolución del petróleo en el corto plazo parece ser la clave para determinar el rumbo de las bolsas, que hacen una lectura muy discutible: en lugar de valorar el estímulo positivo que un crudo más barato tiene para los países occidentales, se inclinan por una interpretación en clave de menor demanda por la ralentización económica mundial, acentuada por el daño que los nuevos precios del petróleo causará a los países productores".
Por ello, estima que "cualquier divergencia momentánea entre el crudo y la renta variable llevará asociada, con elevada probabilidad, el ajuste y seguimiento de las segundas al primero, dada la enorme correlación que se ha creado".