Avanzan los mercados y también los trámites para comenzar a negociar el tercer rescate para Grecia: el parlamento heleno ha aprobado ya las primeras reformas, el Banco Central Europeo (BCE) ha incrementado la liquidez de emergencia (ELA por sus siglas en inglés) a la banca helena en 900 millones hasta los 89.900 millones, la cámara de Finlandia ha dado "luz verde" a las nuevas ayudas y este viernes Alemania ha hecho lo propio.

A pesar de la fuerte oposición a esta nueva asistencia financiera a Atenas, el Bundestag ha dicho "sí" aún cuando las autoridades germanas siguen hablando de la posible salida, eso sí, temporal de Grecia del euro, y tampoco se cumple con la premisa de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) participe en el mismo. 

Se espera que el FMI se incorpore una vez la república helena cumpla sus pagos pendientes. Para ello, restaría por aprobar, también este viernes, el crédito puente de 7.000 millones procedentes de EFSM, que se emplearán para abonar deudas tanto al organismo capitaneado con Christine Lagarde como al BCE. 

Con todo, más allá de que Atenas haga frente a sus deudas, la presencia del FMI en el nuevo programa de asistencia depende de que "sea completo", es decir, que incluya medidas que hagan la deuda sostenible. Más allá de una quita (inviable dentro del euro actualmente) se plantea una prórroga de vencimiento y pagos de la misma. Esta misma cuestión se planteaba el jueves el presidente de la autoridad monetaria de la Zona Euro, Mario Draghi, al reconocer que es necesaria una reestructuración, aunque la cuestión es cómo hacerla dentro del marco legal de la región. 

Aún queda mucho camino por recorrer, pero los mercados, tanto de renta variable como de renta fija, ya han pisado el acelerador recuperando todo lo perdido. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, habla de "volver a la 'nueva normalidad', que es pensar sólo que los riesgos están ahí, pero sin materializarse, cuando los inversores deben pensar en cómo colocar su dinero en activos de riesgo en mercados amenazados por excesos que no por burbujas".

En este contexto, el euro se mantiene en niveles de 1,089 dólares, muy cerca del primer soporte de corto plazo que estaría en los 1,082 dólares. Por arriba, la resistencia más importante se mantiene en los 1,138. Mientras tanto, la rentabilidad del bono a diez años español cede hasta el 1,9%, con la prima de riesgo en los 122 puntos básicos.