En una nota a clientes, Savita Subramanian, director de renta variable estadounidense de la firma, explica que a los inversores ya no les vale los argumentos tradicionales para apostar por una u otra compañía. "Los inversores están ahora más preocupados por los balances de las empresas, y quieren ver crecimiento orgánico". Es decir, aquel que […]
Dirigentes Digital
| 18 jul 2016
En una nota a clientes, Savita Subramanian, director de renta variable estadounidense de la firma, explica que a los inversores ya no les vale los argumentos tradicionales para apostar por una u otra compañía. "Los inversores están ahora más preocupados por los balances de las empresas, y quieren ver crecimiento orgánico". Es decir, aquel que genera la propia empresa, mediante el incremento de su facturación con la captación de nuevo negocio, apertura de nuevos establecimientos, etc.
En un entorno en el que los resultados empresariales siguen sin convencer al mercado, muchas empresas recurren a ciertos ‘trucos financieros’ para tratar de impulsar las ganancias por acción y mantener ‘contentos’ a sus accionistas. Pero según la evolución de las cotizaciones en el primer semestre, esta idea solo puede funcionar durante un periodo de tiempo. Y parece que ese ha llegado a su fin.
Según datos de la firma, las compañías con mayores operaciones de recompra de acciones se han comportado peor en el primer semestre frente a sus pares. Algo que no ocurría desde 2009, cuando la expansión de múltiplos, el crecimiento de los dividendos y este tipo de operaciones eran la base impulsora de la rentabilidad del mercado. "Las compañías con políticas de retribución de los accionistas se han visto recompensadas, lo que ha contribuido a la expansión de sus múltiplos. Estas políticas de reparto tienen sentido en el actual entorno de rendimientos reducidos, pero no son sostenibles a largo plazo", indicaban en un reciente informe los expertos de BlackRock.
Desde la gestora, aseguraban que las empresas no pueden continuar realizando repartos superiores a sus ingresos sin aumentar su apalancamiento.
Otro de los problemas que han presionado a estas compañías ha sido precisamente su elevado peso en la industria de fondos de inversión. De hecho, las 10 acciones con mayor presencia en las carteras se han comportado peor que las 10 con menor peso (en el mercado estadounidense), según Bank of America.
Según los expertos, los fondos con menores valores en cartera, un alto active share (índice que mide hasta qué punto las posiciones de una cartera de renta variable difieren de la de su benchmark) y sin grandes posiciones sectoriales lo han hecho mejor que el resto.
El problema es que la selección a la que se han visto obligados los inversores para buscar valor en un entorno de tipos en mínimo, ha provocado que haya mucho dinero persiguiendo las mismas oportunidades. Y cuando estas posiciones se deshagan, los precios caerán también en picado.