Los analistas y especialistas nunca han estado más pendientes del parte meteorológico. Y con razón. En el informe del Banco Mundial publicado en el mes de junio, el organismo recortó sus previsiones de crecimiento de la economía global por una combinación de factores. Entre esos factores estaba los efectos del gélido invierno que vivió Estados […]
Dirigentes Digital
| 18 nov 2014
Los analistas y especialistas nunca han estado más pendientes del parte meteorológico. Y con razón. En el informe del Banco Mundial publicado en el mes de junio, el organismo recortó sus previsiones de crecimiento de la economía global por una combinación de factores. Entre esos factores estaba los efectos del gélido invierno que vivió Estados Unidos. Las tormentas y temporales de nieve perjudicaron su expansión durante la primera mitad del año.
Y es que, los temporales en Estados Unidos afectan a la economía mucho más de lo que podemos pensar ya que modifican los hábitos de los ciudadanos. Por ejemplo, En enero de este año, un temporal de nieve provocó que el Gobierno del país cerrara las oficinas en Washington y que la Casa Blanca cancelara los actos públicos de Barack Obama. Además, se cancelaron 2.000 vuelos en los aeropuertos de Nueva York, Boston y Filadelfia.
También se vio afectado el ritmo normal de escuelas y otros organismos internacionales que tuvieron que frenar su actividad. Las temperaturas batieron récords y varias personas murieron. Es decir, el frío paralizó la costa oeste del país y, por tanto, su economía sufrió una contracción del 2,9%. Los antecedentes están ahí, en el último trimestre de 2013, los temporales supusieron pérdidas de 100.000 millones de dólares en el PIB.
¿Se repite la historia?
Esto es lo que los expertos temen que vuelva a pasar. Si las previsiones se cumplen, un temporal de vientos polares cubrirá de nieve las costas de Estados Unidos este invierno. Aunque los bajos precios del petróleo están haciendo de colchón gracias al abaratamiento de la gasolina, si llega un nuevo temporal en plenas fechas navideñas, el consumo puede verse seriamente deteriorado y, por tanto, el PIB.