Elpidio José Silva tiene 55 años, por lo que la condena interpuesta contra él de 17,5 años de inhabilitación supone apartarle de la carrera judicial de por vida. Pero el juez granadino no se achanta. Tiró de la manta con su investigación al ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, en el caso de las preferentes, y de […]
Dirigentes Digital
| 07 nov 2014
Elpidio José Silva tiene 55 años, por lo que la condena interpuesta contra él de 17,5 años de inhabilitación supone apartarle de la carrera judicial de por vida. Pero el juez granadino no se achanta. Tiró de la manta con su investigación al ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, en el caso de las preferentes, y de esos mails ha salido un fraude mayor si cabe: el de las tarjetas ‘black’. Y lo que queda, porque según el ex titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, esto es sólo la punta del iceberg en la corrupción en España.
Usted ha sido condenado por investigar correos electrónicos de Blesa. Pero la cuenta de correo es corporativa, no personal -por lo que entiendo que no se vulnera ningún derecho a la intimidad, como se ha dicho-, y gracias a esos correos ha salido a la luz el fraude de las tarjetas ‘black’. Incluso la propia Bankia lo ha reconocido… ¿Dónde está el supuesto delito de prevaricación que dicen que ha cometido?
El problema con la sentencia es que, por primera vez en la historia, una prevaricación aparece con un voto particular absolutorio, que está en el extremo opuesto de lo que han resuelto los dos magistrados que condenan. Esto convierte la sentencia en papel mojado. El propio presidente del Tribunal, Arturo Beltrán, reconocía la nulidad. Incluso quiso abandonar la causa presentando su abstención, y el Tribunal Superior de Justicia no le dejó. Es como en un mismo vaso con líquido, uno dice que hay agua y el otro dice que hay vino, no tiene sentido, aquí pasa algo raro. Hay una parte de la sentencia que dice que yo, aunque hubiera querido, no habría podido prevaricar. Como es posible que el presidente del Tribunal diga que yo no he prevaricado, que lo que yo hice es lo que haría cualquier juez, y los otros dos magistrados insistan en que sí. Aquí hay un error gravísimo.
¿Quién quiere inhabilitarle, señor Silva?
En mi inhabilitación juegan un papel deshonroso varias partes. En primer lugar, el Consejo General del Poder Judicial, que me negó el amparo cuando sufrí una avalancha de algunos medios de comunicación que se unieron a la perversión de las imputaciones y a amparar a Blesa. La respuesta fue que el amparo estaba formulado fuera de plazo. En segundo lugar, el instructor Jesús Gavilán, que ha mentido de forma descarada. Ha afirmado que los correos corporativos de Blesa no se podían incluir en mi causa, para yo poder explicarlos y defenderme, porque los consideraba de naturaleza íntima. Es decir, según Gavilán, los correos hablaban de asuntos privados entre Blesa y sus enlaces. Como usted muy bien apuntaba antes, esos correos son de una cuenta corporativa, no personal. Y además, ¿qué es lo que Jesús Gavilán considera íntimo? ¿Tirar dinero público, desperdiciar el dinero de la caja a través de tarjetas?
Lo de las tarjetas ya ha salido a la luz. ¿Qué más había en esos correos?
Había todo tipo de operaciones de gestión bancaria posiblemente criminal, en relación con venta de armas, empresas en Miami, reparto de clientelas, sobornos, manipulación de sindicatos, manipulación de organigramas, faltas de respeto al protocolo… ¿A esto le llama el fiscal asuntos íntimos? Es como decir que alguien como gestor se puede llevar una caja por delante, llevarla al rescate, hundir un país y encima obtener impunidad. Esto no pasaba ni en la Monarquía absolutista del siglo XV.
Usted ha dicho en Twitter que en los correos de Blesa se escondía una nueva trama Gürtel…
Sí. Hay correos en los que se pone de manifiesto que a través de una serie de oficinas de Caja Madrid se pagaban directamente facturas relacionadas con la trama Gürtel. Hay que investigar si se emitían directamente con cargo a la caja, si se hacía de forma opaca, si ha habido delito contable… Hay que mirar todo esto.
José María Aznar llegó a amenazarle con interponer acciones judiciales si seguía investigando los correos de Blesa. ¿Tiene algo que esconder el ex presidente?
Que yo sepa, Blesa y Aznar intermediaron en un contrato de venta de armas a través de la empresa Einsa -empresa que habría sido contratista con la Administración durante el Gobierno de Aznar-. Al parecer Blesa dijo que había intervenido, pero que no había cobrado por ello. Esto es bastante difícil de entender. Cómo alguien puede dedicarse a la venta de armas y no cobrar por ello. ¿Qué puede existir algún indicio de criminalidad en Aznar? No lo sé, habrá que investigar a fondo. Lo que está claro es que aquí no caben amenazas. Hay que llegar a la verdad. Vamos lentos, pero habrá que impulsar todo esto, porque cuando la verdad va saliendo, es muy difícil pararla.
Lea la entrevista íntegra en la revista Dirigentes del mes de noviembre, ya en su quiosco.