Antes de nada, recordar que la división básica por sector se establece normalmente entre las industrias cíclicas, aquellas con elevada "sensibilidad" al ciclo económico, entre ellas destacan la automovilística, la construcción o las manufacturas; y las defensivas, que, al contrario, no dependen del ciclo y, por tanto, se emplean para "protegerse" de los vaivenes de […]
Dirigentes Digital
| 11 feb 2015
Antes de nada, recordar que la división básica por sector se establece normalmente entre las industrias cíclicas, aquellas con elevada "sensibilidad" al ciclo económico, entre ellas destacan la automovilística, la construcción o las manufacturas; y las defensivas, que, al contrario, no dependen del ciclo y, por tanto, se emplean para "protegerse" de los vaivenes de la economía, hablamos por ejemplo de los bienes de consumo o las utilities.
Con esta división en mente, el equipo de estrategia de renta variable ha observado que "los sectores cíclicos se han comportado peor que los defensivos (en los últimos tiempos) por un margen que es incompatible con las mejoras de los indicadores económicos y de las estimaciones de beneficios".
La firma considera que la conducta sectorial "se ha distanciado dramáticamente de los indicadores económicos, lo que sugiere que los inversores de renta variable han abrazado la ‘visión del mercado de bonos’ de una desaceleración" en la actividad.
Y es que, explica, sólo "a través de la perspectiva proyectada por la rentabilidad de la deuda a diez años que, en nuestra opinión, parece estar adelantando un empeoramiento de la economía, parece justificado este comportamiento" de los sectores.
Esta "aceptación" de la "visión (pesimista) del mercado de bonos" ha conducido a una reaparición de la inversión basada en la rentabilidad. Así, los flujos hacia los Fondos de Dividendo se han acelerado en los últimos meses, y sectores como el de alimentación o salud se han comportado mejor que el resto, subiendo la prima pagada por los mismos hasta máximos registrados durante la crisis de deuda soberana y la financiera.
Una visión "negativa" que, sin embargo, contrasta con las mejoras vistas tanto en el espectro de indicadores líderes mundiales como en las previsiones de los economistas de Barclays, que apuntan a una aceleración del crecimiento mundial del 3,1% de 2014 hasta el 3,4% en 2015. Es más, añaden, las expectativas de los inversores pueden ser demasiado bajas, especialmente en el caso de la Eurozona, donde los cálculos del consenso se han reducido a pesar del desplome del petróleo, la debilidad del euro y el programa de compras de deuda del Banco Central Europeo (BCE).
En este sentido, la firma señala que si sus estimaciones son correctas, entonces el crecimiento económico podría sorprender al alza y en contra de la "visión del mercado de bonos". Por ello, mantienen su recomendación de sobreponderar los valores cíclicos e infraponderar los defensivos. En concreto, apuestan por la industria de consumo discrecional, la tecnológica, la financiera o de materiales; y "descartan", la sanitario o las utilities.