La sede del Mundial de fútbol de 2022 ya ha traído grandes controversias relacionadas con el amaño de las votaciones para escoger emplazamiento, sin embargo el problema con el que se ha encontrado la Federación Internacional de Fútbol no es nuevo, aunque sí extremo. Ya en el pasado Mundial la empresa Budweiser se encontró con […]
Dirigentes Digital
| 12 feb 2016
La sede del Mundial de fútbol de 2022 ya ha traído grandes controversias relacionadas con el amaño de las votaciones para escoger emplazamiento, sin embargo el problema con el que se ha encontrado la Federación Internacional de Fútbol no es nuevo, aunque sí extremo.
Ya en el pasado Mundial la empresa Budweiser se encontró con el problema de que en Brasil no se permite la venta de bebidas alcohólicas dentro de los estadios, aunque la FIFA consiguió que estos e habilitara presionando al país organizador.
Esta vez el dilema es aún mayor. En Qatar la venta de bebidas espirituosas está más que controlada, solamente en los hoteles internacionales se permite vender y consumir este tipo de bebidas, además se pena gravemente encontrarse en estado de ebriedad en la vía pública. Esto complica mucho que Budweiser quiera auspiciar el Mundial de 2022 y continúe como patrocinador.
Para intentar que al cervecera no abandone su patrocinio desde la FIFA están apretándole las tuercas al gobierno qatarí, quienes temen enormemente que los visitantes consuman alcohol en la vía pública, muy en contra de las leyes del país pero también muy habitual en este tipo de eventos.
La FIFA ha basado su reclamo en que muchos de los aficionados no irían a ver el Mundial si no se puede consumir alcohol, para la mayoría se trata de una fiesta y el alcohol va intrínseco. Al gobierno de Qatar le compensaría ablandar un poco las reglas, y así evitar mayores inconvenientes, al menos esto opina la FIFA.
Por miedo a no rentabilizar con el turismo lo invertido en la celebración del campeonato futbolístico el gobierno qatarí está pensando en habilitar zonas aptas para el consumo de alcohol, algo impensable en su cultura, pero parece mejor solución que perder el dinero generado por sacrificar sus creencias.
La ecuación es clara, si Qatar no acepta vender alcohol Budweiser, que ha acompañado a la FIFA como patrocinador de los campeonatos, desaparecería como sponsor, lo que supondría perder mucho dinero tanto a la federación de fútbol como al país organizador del Mundial.