Ya que en Davos se encontraban grandes personalidades políticas y del ámbito económico a nivel mundial. El pontífice ha mandado varios mensajes, aunque la idea principal a girado en torno a la pobreza ya la desigualdad de la que tienen mucha responsabilidad aquellos a los que se dirigía en su discurso Jorge Bergoglio. Ha tratado […]
Dirigentes Digital
| 22 ene 2016
Ya que en Davos se encontraban grandes personalidades políticas y del ámbito económico a nivel mundial. El pontífice ha mandado varios mensajes, aunque la idea principal a girado en torno a la pobreza ya la desigualdad de la que tienen mucha responsabilidad aquellos a los que se dirigía en su discurso Jorge Bergoglio.
Ha tratado temas como los avances tecnológicos, sobre los que asegura que el nacimiento de nuevas tecnologías, poniendo de ejemplo a los robots, no debería reemplazar la figura humana en el trabajo por, en palabras del líder católico, "máquinas sin alma".
Volvió a hablar del cambio climático, como ya lo hiciera en la hasta ahora más famosa de sus encíclicas publicadas, u aprovechó para llamar al compromiso con el medio ambiente, instando a los dirigentes de países y empresas a evitar que el planeta en el que vivimos se convierta en "un jardín vacío". Estas palabras han sido apoyadas por aquellos activistas que piensan que en Davos se han reunido los mayores responsables del cambio climático.
Sin embargo, el punto central de su pontificado ha sido la defensa de los pobres. "A todos ustedes les pido una vez más: no olviden a los pobres", dijo Francisco. Sobre el dinero ha dicho que es "el abono del diablo", que las empresas no deben buscarlo como preferencia y sí admitir su rol en la creación de la pobreza contra la que deberían actuar.
Un cardenal del Vaticano ha sido el encargado de leer las palabras del Papa acerca de la responsabilidad y la culpa: "Sollozar por el dolor del otro no sólo significa compartir sus sufrimientos, sino también, sobretodo, admitir que nuestras acciones son una de las causas de la injusticia y la inequidad".
Para finalizar el escrito aseguró: "Una vez que reconozcamos esto, nos convertiremos en humanos del todo, ya que nuestra responsabilidad por nuestros hermanos y hermanas es una parte esencial de nuestra condición humana". Y concluyó remarcando el tema de la pobreza: "No teman abrir sus mentes y corazones a los pobres".