Mientras los políticos europeos se pierden en los laberintos de Bruselas para tomar medidas para afrontar el mayor éxodo de refugiados desde la II Guerra Mundial, el Papa Francisco ha aprovechado su mensaje dominical en la Plaza de San Pedro para lanzar un llamamiento a los líderes mundiales, "un gesto concreto en preparación del año […]
Dirigentes Digital
| 06 sep 2015
Mientras los políticos europeos se pierden en los laberintos de Bruselas para tomar medidas para afrontar el mayor éxodo de refugiados desde la II Guerra Mundial, el Papa Francisco ha aprovechado su mensaje dominical en la Plaza de San Pedro para lanzar un llamamiento a los líderes mundiales, "un gesto concreto en preparación del año santo. Cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio o cada santuario de Europa hospede a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma".
"Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y por el hambre, y están en camino hacia una esperanza de vida, el evangelio nos llama a ser próximos de los más pequeños y abandonados. A dar a ellos una esperanza concreta", ha explicado el Pontífice.
Tras pronunciar la oración mariana, al momento de los saludos finales, ha asegurado que la misericordia de Dios se reconoce a través de las obras de los fieles, como demostró la madre Teresa de Calcuta de la cual ayer se recordó el aniversario de su muerte.
"Todo lo que habéis hecho por uno de mis hermanos más pequeños, lo habéis hecho por mí. También las dos parroquias del Vaticano acogerán, en estos días, dos familias de refugiados", ha apuntado.