Hasta hace poco, el sector de las materias primas, liderado por el petróleo, ha estado bajo la lupa por su efecto desestabilizador en las economías de los países productores. A menudo países emergentes. Sin embargo, desde el nuevo año, los fundamentales de los mercados físicos han ido mejorando. Aunque los niveles de stock se mantienen altos en […]
Dirigentes Digital
| 30 nov 2017
Hasta hace poco, el sector de las materias primas, liderado por el petróleo, ha estado bajo la lupa por su efecto desestabilizador en las economías de los países productores. A menudo países emergentes. Sin embargo, desde el nuevo año, los fundamentales de los mercados físicos han ido mejorando. Aunque los niveles de stock se mantienen altos en ciertos segmentos, y continúan alimentando la volatilidad en ocasiones, la tendencia ahora es claramente alcista. Según Sophie Chardon, Estratega de Lombard Odier, esta tendencia ha sido impulsada por el acuerdo de Argel y la decisión de la OPEP de gestionar la producción del cartel, unos meses más tarde desapareció la primera ola de posicionamiento constructivo iniciada a finales de 2016, una vez que se reanudó la producción de petróleo de Estados Unidos. Desde principios de julio, el repunte de la actividad china ha estado respaldando la demanda financiera, tanto en el mercado de derivados como a través de fondos especializados. Y por una buena razón – por primera vez desde la crisis financiera de 2008 – el crecimiento finalmente se ha sincronizado en todo el mundo, lo que debería traducirse en una aceleración en la demanda de materias primas. Como tal, la mayoría de las agencias, al observar esta tendencia, han actualizado sus pronósticos para la demanda de petróleo. Sin embargo, Richard Turnill, estratega jefe de BlackRock, explica que el reciente repunte del precio del petróleo “se estabilizará a corto plazo”. En los activos vinculados a la energía, preferimos invertir en títulos seleccionados en vez de directamente en petróleo y mantienen su “posición neutral en la deuda de alto rendimiento del sector energético”. Los productores de petróleo de esquisto de Estados Unidos juegan ahora el papel de productores marginales. Como su ciclo de inversión es más corto que el de otros productores y su capacidad de respuesta es mayor, las tendencias alcistas y bajistas en el petróleo deberían ser más cortas ya que los ajustes en la producción, alcista o bajista, se efectuarán más rápidamente. Así pues, desde Lombard Odier han aumentado el rango objetivo en “el precio del Brent desde US$45-60/barril a US$50-65/barril para 2018 ya que esperamos una dinámica subyacente de apoyo y tendencia bajista limitada”. De hecho, en el lado de la demanda, la actividad global debería mantenerse fuerte mientras que la curva en backwardation podría atraer demanda financiera adicional. Mientras tanto, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia están cumpliendo con el acuerdo de Argel y parecen dispuestos a seguir recortando la producción más allá del primer trimestre de 2018. La próxima reunión de la OPEP el 30 de noviembre debería proporcionar más información. Curiosamente, hasta el momento la producción de Estados Unidos no ha reaccionado al entorno de precios más saludable. Sin embargo, a medida que nos acercamos al límite superior de nuestro rango, Chardon aconseja “cierta precaución ya que el posicionamiento de los inversores se extiende tanto en el Brent como en el índice West Texas Intermediate (WTI), mientras que el esquisto de Estados Unidos sigue siendo un punto de apoyo al WTI de US$50-55/barril a largo plazo”. Los retornos del precio actual de mercado podrían estar limitados a partir de ahora aunque el rendimiento proveniente de la backwardation deberían permanecer hasta cierto punto. El principal riesgo para su escenario es “un aumento significativo en el número de plataformas de Estados Unidos”.