Para el organismo dirigido por Christine Lagarde la corrupción no es sólo cosa de países en vías en desarrollo, afecta también como una plaga a las economías desarrolladas obstaculizando el crecimiento económico. El informe admite que es difícil cuantificar su impacto, pero la sitúa entre los 1,5 billones y 2 billones de dólares al año […]
Dirigentes Digital
| 11 may 2016
Para el organismo dirigido por Christine Lagarde la corrupción no es sólo cosa de países en vías en desarrollo, afecta también como una plaga a las economías desarrolladas obstaculizando el crecimiento económico. El informe admite que es difícil cuantificar su impacto, pero la sitúa entre los 1,5 billones y 2 billones de dólares al año y advierte que los costes podrían ser mayores.
El fondo señala que daña la capacidad del Estado para aumentar los ingresos y llevar a cabo sus funciones básicas. Además de inflar los costos en el proceso de contratación pública socavando la cantidad y la calidad del gasto público. Ambos factores terminan dañando el crecimiento de un país.
En el informe se destaca, que en 2013 en España, junto a otros países europeos, se elevaron los costes de los proyectos públicos un 13% por culpa de comisiones ilegales y sobrecostes.
Asimismo hay efectos de segundo ronda, debido a los ingresos públicos más bajos, los países tienden a confiar más en la financiación del banco central, que crea un sesgo de la inflación en el país. Al mismo tiempo, la corrupción debilita aún más la supervisión financiera y la estabilidad del sistema financiero.
La corrupción, advierte el fondo, puede incluso aumentar el costo de acceder a los mercados financieros dañando al sector privado al aumentar la incertidumbre para las empresas y actuar como una barrera de entrada para los nuevos inversores.
Entre sus recomendaciones para combatir la corrupción, el FMI ensalza la efectividad del marco regulatorio español contra el lavado de dinero, ya que durante la ‘Operación Malaya "ayudó a identificar muchas empresas establecidas para el blanqueo de dinero".
"Sin embargo, donde los marcos regulatorios son débiles, como en Ucrania, los líderes corruptos pueden transferir grandes cantidades al extranjero", afirma en el informe.
Por ello, dice que "se deben establecer nuevas instituciones especializadas" en aquellos lugares donde se haya demostrado que las existentes son corruptas y pide marcos legales "efectivos" contra el lavado de dinero.
Además, el fondo insta a los diferentes gobiernos a adoptar estándares internacionales en lo que a transparencia financiera y fiscal se refiere, algo que considera como un "pre-requisito" para acabar con la corrupción.