Tras tocar un mínimo histórico por debajo de los 10 puntos básicos a finales de abril de 2015, la rentabilidad del bono a diez años alemán escaló en apenas dos meses aproximadamente 90 puntos. Repunte que se extendió al resto de bonos soberanos y que causó verdaderos ‘dolores de cabeza’ a unos participantes del mercado […]
Dirigentes Digital
| 08 mar 2016
Tras tocar un mínimo histórico por debajo de los 10 puntos básicos a finales de abril de 2015, la rentabilidad del bono a diez años alemán escaló en apenas dos meses aproximadamente 90 puntos. Repunte que se extendió al resto de bonos soberanos y que causó verdaderos ‘dolores de cabeza’ a unos participantes del mercado pillados completamente ‘con el pie cambiado’. La escasez de liquidez, factores técnicos, Grecia una vez más, los niveles extremadamente bajos alcanzados por los tipos… estaban detrás de esta corrección.
Ahora, el fantasma de la recesión, ante la desaceleración de China y el hundimiento del petróleo, planea sobre la economía mundial (aunque en las últimas semanas parece haberse ‘escondido’) y los bancos centrales, en concreto el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés), han prometido más estímulos (más compras de deuda en el primer caso), mientras la Reserva Federal (Fed) se muestra cauta en lo que al ciclo alcista de los tipos respecta. Mientras, los tipos negativos ‘campan a sus anchas’ y amenazan con convertirse en la ‘nueva normalidad’…
"Mucho cuidado, con los niveles que están alcanzando las rentabilidades, cercanas a los mínimos de primavera que acabaron en estallido", advierte Amilcar Barrios, analista de inversiones de Tressis.
Previene también sobre la posibilidad de que asistamos a un episodio como el del año pasado Alex Holmes, de Capital Economics. Reconoce este experto que entonces confluyeron una serie de "factores técnicos". En concreto, el propio presidente del BCE, Mario Draghi, los resumió en la presión del lado de la oferta ante el aumento de las emisiones soberanas; el aumento de la volatilidad, la reducida liquidez y la capacidad de la autoridad monetaria de comprar bonos de plazos más cortos ante la subida de sus rentabilidades.
Sin embargo, este experto explica que "muchos de estos ‘factores’ eran más síntomas que causas de un sell-off provocado por una recogida de beneficios masiva". En este sentido, señala que ahora nos enfrentamos a varios riesgos que podrían desecandenar un movimiento similar. Primero, la posibilidad de que las medidas del BCE decepcionan. Pero, más allá de este peligro, también está la menor demanda de refugios seguros a medida que el sentimiento mejora, y el aumento de la yield en Estados Unidos, ya que crecen las expectativas de más subidas de tipos por parte de la Fed.
Con todo, considera que cualquier oleada de ventas sería corta y pronto se daría la vuelta, pues la autoridad monetaria de la Zona Euro mantendrá su política ultracomodaticia durante mucho tiempo aún, frente al endurecimiento de Estados Unidos. Así, prevé que el bund a diez año cierre 2016 apenas en el 0,5%.
En este contexto, la "selectividad" es para Natixis AM "esencial ante la gran diferencia entre Alemania y otros países centrales y periféricos". Así, profundizan en la duración en el primer caso y apuestan fuerte por la exposición a la periferia de la Zona Euro. Diversifican con high yield y bonos convertibles. Explica la firma que son optimistas con el primer tipo de deuda en que los fundamentales son sólidos (apalancamiento moderado) y la tasa de morosidad baja (por debajo de la media), cuenta con el apoyo que supone el BCE y el entorno de bajos tipos de interés y, además, la valoración es atractiva tanto en términos absolutos como relativos.
Mientras, desde Lazard Frères Gestion descartan la inversión en deuda soberana, pues el incremento de los tipos a largo plazo en Estados Unidos tendrá impacto en otros lugares; tampoco es interesante el efectivo, ni los bonos corporativos.