Aunque el consumo de tabaco sea uno de los productos legales con mayor repercusión negativa en la salud, el impacto económico que se deriva de su actividad representa uno de los pilares fundamentales de las arcas públicas. Este sector contribuye al Estado en más de 9.100 millones de euros, lo que supone el 5% total de […]
Dirigentes Digital
| 26 feb 2018
Aunque el consumo de tabaco sea uno de los productos legales con mayor repercusión negativa en la salud, el impacto económico que se deriva de su actividad representa uno de los pilares fundamentales de las arcas públicas. Este sector contribuye al Estado en más de 9.100 millones de euros, lo que supone el 5% total de las ingresos tributarios.
Se trata, por tanto, de uno de los principales bastiones del Ministerio de Hacienda, tanto por la recaudación total que genera, como por su peso dentro de cada tipo de impuesto. El 11% de los ingresos por IVA y el 34% de los impuestos especiales proceden del tabaco.
No hay que olvidar que el tabaco es el producto que más carga fiscal soporta. Concretamente un 77% frente al 47% de hidrocarburos, el 43% del alcohol y el 21% de la electricidad, según se desprende de un informe elaborado por Analistas Financieros Internacionales (Afi) en colaboración con la CEOE para la Mesa del Tabaco, donde se pone de manifiesto el peso de este sector en la economía española.
Solo en España la actividad de este sector se encuentra valorada en 3.200 millones de euros, el 0,3% del Producto Interior Bruto (PIB) español. Una cifra que, en términos de empleo, se traduce 50.000 personas, si se tiene en cuenta toda la cadena de valor, que abarcan desde los agricultores encargados de cultivarlo hasta que llega a los estancos.
Un aspecto donde España se cuela entre los principales fabricantes europeos, solo por detrás de Italia y Grecia. En concreto, el informe destaca Extremadura, que aglutina la mayor parte del cultivo, así como el archipiélago canario donde se concentran la mayor parte de las fábricas, fruto de la deslocalización ocurrida durante la última década en la península, donde solo quedan plantas activas en Cantabria y Valencia.
Otro de los aspectos que destaca el estudio es la distribución ilícita del tabaco que, a pesar de haber descendido notablemente en los últimos tres años, supone una importante fuga de ingresos para el Estado. La Comisión Europea ha cifrado en más de 10.000 millones la pérdida de ingresos tributarios que soporta la UE debido a este tipo de prácticas, un dato que extrapolado a España alcanza los 316 millones.
La situación económica, unido a una mayor permeabilidad de las fronteras y a las “bruscas” subidas fiscales son las principales causas que han conducido a esta reducción de la venta legal de cigarrillos en los últimos años de hasta el 50%. Una situación que afecta directamente a los estanqueros, ya que uno de cada cinco ve peligrar su puesto de trabajo.