La subasta a seis meses se ha cerrado con una demanda cinco veces superior a la oferta, frente al ratio de cobertura previo de 4,1 veces. La rentabilidad anterior, por su parte, fue del 0,036%. Por su parte, en el plazo de 12 meses, el organismo ha vendido 3.920 millones de euros, a un coste […]
Dirigentes Digital
| 07 abr 2015
La subasta a seis meses se ha cerrado con una demanda cinco veces superior a la oferta, frente al ratio de cobertura previo de 4,1 veces. La rentabilidad anterior, por su parte, fue del 0,036%.
Por su parte, en el plazo de 12 meses, el organismo ha vendido 3.920 millones de euros, a un coste del 0,0006%, frente al 0,067% previo. La demanda ha sido de 1,9 veces la colocación, por debajo de las 2,1 veces anteriores.
Apenas un mes después de que el programa de compras masivas de deuda (QE) del Banco Central Europeo (BCE) se pusiera en marcha, los costes de la deuda española, ya reducidos por la mera esperanza de este "bazuka" de Draghi, entran en terreno negativo y nuestro país se suma así a la lista de países que cobran por vender sus bonos, entre los que se encuentra, ni más ni menos, que la "locomotora de Europa": Alemania, cuya deuda a largo plazo ya experimenta este "fenómeno".
Lukas Daalder, Director de Inversiones de Robeco Investment Solutions, explica que existen diversos argumentos que justifican por qué puede llegar a tener sentido invertir cuando los intereses son negativos. El primero, los planes de expansión cuantitativa de los bancos centrales: los programas de compra de bonos a gran escala seguirán impulsando la demanda.
Además, señala que "invertir en bonos aún con rentabilidad negativa tiene mucho sentido si se prevé que los precios vayan a seguir cayendo. Podemos perder en términos nominales, pero en términos reales aún obtendremos un resultado bueno". A su juicio, "aunque la curva de rentabilidad sea negativa, todavía es posible obtener beneficio de las variaciones positivas de los precios, sobre todo si los inversores siguen yendo más abajo en dicha curva". Y recuerda que la decisión del BCE de bajar los tipos para depósitos al menos 0,2% supone que, para un banco, invertir en bonos con interés negativo puede ser una opción mejor que consignar en depósitos sus excedentes de liquidez.
En este contexto, el Tesoro tiene otra cita con los mercados este jueves. Prevé colocar entre 4.000 y 5.000 millones de euros en bonos a tres años (octubre de 2017) con cupón del 0,5%; obligaciones a diez años (julio de 2025) con cupón del 4,65%; y a 30 años (octubre de 2044) con cupón del 5,15%.