La cita holandesa es uno de los numerosos comicios que se celebrarán este años en el seno de la Eurozona. Junto a Francia, Alemania y probablemente Italia, Holanda se enfrenta a las urnas en un entorno marcado por el auge de los partidos nacionalistas y por la fragmentación política. En esta línea, el foco de […]
Dirigentes Digital
| 15 mar 2017
La cita holandesa es uno de los numerosos comicios que se celebrarán este años en el seno de la Eurozona. Junto a Francia, Alemania y probablemente Italia, Holanda se enfrenta a las urnas en un entorno marcado por el auge de los partidos nacionalistas y por la fragmentación política. En esta línea, el foco de estas elecciones está centrado en el apoyo al Partido por la Libertad (PVV), una organización de ultraderechas y antieropeísta que podría lograr un apoyo importante en el Congreso según todas las encuestas. El panorama político este año está mucho más diversificado que en la anterior cita en 2012, según un estudio de la aseguradora para empresas Crédito y Caución. La fotografía hace cuatro años reflejaba el predominio de dos partidos principales, el VDD de centro-derecha y el PvdA de centro-izquierda, que terminaron gobernando en coalición. Sin embargo, las encuestas reflejan un panorama mucho más fragmentado en estos comicios: el VDD recibiría un 16% de los votos, seguido por la ultraderecha del PVV, con un 15%, los Cristiano Demócratas (12%), D66 (12%), el partido ecologista (10%), el Partido Socialista (10%) y el PvdA (8%). Tras la inesperada victoria de Donald Trump en EEUU, algunos analistas están preocupados por que los sondeos no estén capturando la verdadera dimensión del voto populista. En este escenario, aunque el PVV saliera elegido como el primer partido sería muy difícil que formara Gobierno, ya que la mayoría de los candidatos (a excepción de dos partidos minoritarios: 50Plus y SGP) han rechazado una eventual coalición con el partido de Geert Wilders. Si en las anteriores elecciones la economía en plena recesión fue el foco de los debates, las actuales están completamente centradas en asuntos sociales como la identidad nacional, los valores culturales o el asilo a inmigrantes musulmanes. El Partido por la Libertad tiene en este sentido un programa muy similar al de algunos socios europeos como el Frente Nacional de Marine Le Pen: cierre de fronteras y referéndum para cuestionar la permanencia en la UE. El VDD de Mark Rutte se decanta por un enfoque económico-liberal y propone nuevas reformas del mercado laboral, bajadas de impuestos para las familias y empresas y 1.000 millones extra de gasto en defensa. Todas las encuestas coinciden en que el ganador tendrá que negociar para formar Gobierno. El escenario más probable es que el VDD sea el elegido para iniciar las rondas y termine construyendo una coalición de centro-derecha con otros partidos. En el hipotético escenario de que le correspondiera al PVV iniciar los diálogos, al concentrar el mayor número de votos, sería muy difícil que lograra los apoyos suficientes para formar un grupo en el Congreso. Por otro lado, la economía holandesa ha salido fortalecida tras la crisis, lo que la distancia aún más de la incertidumbre política. La rentabilidad de la deuda ha evolucionado a la par con el bono alemán y el crecimiento del PIB en los últimos años se encuentra a la cabeza de la Eurozona. La Comisión Europea (CE) en sus Perspectivas de Invierno predijo que el superávit de la economía se situaría en el 0,2% en 2017 y en el 0,3% en 2018. En la misma línea, la tasa de paro ha ido cayendo hasta el 5,3% actual, una de las más bajas del mercado común, y la confianza de los empresarios y consumidores se encuentra en máximos de marzo de 2011.