Estas elecciones generales en Italia, en su tramo final para votación este Domingo 4 de marzo, son de lo más incierto de su historia. Han decaído las propuestas para un referéndum en Italia sobre el euro, pero es poco probable que quienquiera que logre formar gobierno muestre afán por abordar los problemas estructurales del país. […]
Dirigentes Digital
| 28 feb 2018
Estas elecciones generales en Italia, en su tramo final para votación este Domingo 4 de marzo, son de lo más incierto de su historia. Han decaído las propuestas para un referéndum en Italia sobre el euro, pero es poco probable que quienquiera que logre formar gobierno muestre afán por abordar los problemas estructurales del país. Los riesgos a corto plazo parecen contenidos si bien un aumento de la tensión con la Unión Europea por un relajamiento fiscal puede aumentar aún más las inquietudes del mercado sobre la sostenibilidad de la deuda del país y a medio plazo puede darse un escenario de mayor endurecimiento monetario.
Las elecciones se van a llevar a cabo con la nueva ley electoral, “Rosatellum”, por la que 37% de los escaños se asignarán al primer partido, 61% de manera proporcional y 2% a distritos electorales del extranjero. Ya no habrá mayoría automática para un partido o grupo con más de 40% de votos. Esto favorece las coaliciones preelectorales y penaliza a los que las rechacen. Individualmente cada partido necesitará 3% del voto para obtener escaños y las coaliciones 10%. Para el Senado los votantes deben tener 25 años y como los partidarios del movimiento Cinco Estrellas M5S están sobrerrepresentados en 18-24 años, su representación puede ser menor.
El caso es que las proyecciones se han vuelto más difíciles. Según los últimos sondeos antes de la prohibición de encuestas dos semanas antes de las votaciones, ningún partido o coalición puede ganar por mayoría, si bien la coalición de centro-derecha de Forza Italia (FI), Liga Norte (LN) y hermanos de Italia (IED) está cerca. Además, parece haberse detenido la disminución de apoyo al centro izquierda Partido Democrático (PD). Mientras el movimiento cinco estrellas (5SM) se mantiene como el mayor partido, pero lejos de la mayoría. De todas formas, el número de indecisos sigue siendo alto, aproximadamente 1/3 de los votos potenciales.
Puede ocurrir que la coalición de centro-derecha llegue a mayoría absoluta, para lo que le faltan 20 a 30 escaños respecto a encuestas. Está bien establecida en el Norte y Centro de Italia y el Sur puede proporcionarle los escaños necesarios. Si ocurriese la pregunta clave será quien liderará. De momento hay acuerdo informal para que el primer ministro sea del partido con más apoyo. Pero el ex primer ministro Silvio Berlusconi es inelegible, debido a su condena por fraude fiscal. Ha indicado que le gustaría que fuese Antonio Tajani, actual presidente del Parlamento Europeo. Esto será seguido de cerca por los mercados, siendo una coalición moderada favorable a Europa, liderada por Antonio Tajani preferible a una liderada por Matteo Salvini de la Liga Norte. También hay que tener en cuenta que, aunque los partidos de centro-derecha acordaron una política común, los pronunciamientos de Salvini y Berlusconi han divergido en varios asuntos.
De momento un Parlamento sin mayoría, al menos inicialmente, es una posibilidad. En tal caso el presidente Sergio Mattarella citará a negociar gobierno y pueden pasar meses antes de llegar a alguno. Incluso cabe la posibilidad de una gran alianza entre Forza Italia y PD, con apoyo de pequeños partidos centristas.
Mientras el crecimiento económico potencial en Italia sigue bajo en comparación con sus socios de la euro zona, con un desempleo juvenil (15 a 24 años) de alrededor del 35%, entre los más altos de Europa. El país tiene la mayor carga de deuda -132% del PIB- de la euro zona tras Grecia. Aunque los últimos años ha habido esfuerzos en algunos problemas estructurales, deben tomarse más medidas. Sin embargo, cualquiera que sea el nuevo gobierno, las posibilidades de reformas estructurales a largo plazo para mejorar la productividad o hacer frente a la deuda pública parecen bajas. Incluso la situación puede empeorar, dadas las promesas electorales, pues todos los partidos se han referido a políticas económicas expansivas significativas.
Un recorte de impuestos es una parte importante de los programas de los partidos de centro-derecha, con una propuesta de tipo único del LN y FI. Además, la derogación de la ley Fornero 2011 de reforma de las pensiones se encuentra en los manifiestos del centro-derecha y 5SM.
Tales políticas probablemente situarían a Italia en confrontación con la Comisión Europea respecto a objetivos de reducción de déficit y consolidación fiscal -no cumple con las normas fiscales de la UE-. Incluso puede ocurrir que la Comisión, salvo que haya compromisos de Italia (lo que es probable), pudiera verse obligada a abrirle un procedimiento los próximos meses -Italia debe presentar actualización de su situación fiscal en abril y mayo-.