El 2015 no ha hecho nada más que empezar pero, si nada lo remedia, promete traer mucho movimiento en los mercados. Al menos, así lo afirma la directora gerente del Fondos Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, tras asegurar que la economía mundial se enfrenta a un "fuerte viento en contra". Uno de los principales obstáculos […]
Dirigentes Digital
| 15 ene 2015
El 2015 no ha hecho nada más que empezar pero, si nada lo remedia, promete traer mucho movimiento en los mercados. Al menos, así lo afirma la directora gerente del Fondos Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, tras asegurar que la economía mundial se enfrenta a un "fuerte viento en contra". Uno de los principales obstáculos para los países exportadores de petróleo será la caída continuada de los precios. Pero, ¿y los países emergentes?
El "viento en contra" del que habla Lagarde puede ser, por el contrario, el impulso definitivo para las economías en crecimiento. "2015 debe ser el año de la acción", afirma la responsable del FMI, en relación a la falta de avances tras el comienzo de la recesión. Ese mensaje también podría aplicarse para los emergentes que, a pesar de los esfuerzos, no terminan de arrancar.
Viento a favor
Para el Banco Mundial, que ha publicado esta semana sus Perspectivas Económicas Mundiales, ha indicado que tras el "decepcionante" año 2014 que hemos vivido, "los países en desarrollo deberían experimentar un alza en su crecimiento". Para el organismo, este crecimiento vendría ligado, en parte, al "impulso que generan los precios del petróleo bajos".
En esta misma teoría se basan los economistas de Citi para los que los bajos precios en las "commodities" permitirán a Asia disfrutar de mejores condiciones en el mercado. A pesar de todo, el banco estadounidense también señala que las perspectivas para Latinoamérica serán algo peores para los países exportadores de "oro negro".
Además, el organismo presidido por Jim Yong Kim también apunta a que "el fortalecimiento de la economía de Estados Unidos y las tasas de interés mundiales que siguen apuntando hacia la baja" pueden ser factores que favorezcan al crecimiento de estas economías.
Camino al 2016
Durante 2014, las naciones en desarrollo crecieron un 4,4% por lo que para 2015 se espera un crecimiento del 4,8%. En cambio, las previsiones del Banco Mundial para 2016 y 2017 señalan a repuntes del 5,3% y del 5,4%, respectivamente por lo que las esperanzas están puestas en ellos.
Yong Kim apunta que "en ese incierto entorno económico, los países en desarrollo deben desplegar sus recursos de manera juiciosa para apoyar programas sociales con un foco muy preciso y emprender reformas estructurales que inviertan en la gente".
El presidente del Banco Mundial también señala que "es fundamental que los países retiren los obstáculos innecesarios a la inversión del sector privado, actor que por lejos es la principal fuente de empleos y que puede sacar a cientos de millones de personas de la pobreza".
El gigante asiático
En el caso de China, la "desaceleración cuidadosamente administrada" que está llevando a cabo el país supondrá un crecimiento del 7,1% en 2015 y del 7% en 2016. "El menor precio del petróleo, que se espera se mantendrá durante 2015, está bajando la inflación en todo el mundo y es probable que retarde los repuntes en las tasas de interés en los países ricos. Esto genera una oportunidad para los países importadores de petróleo, como China e India; esperamos que el crecimiento de India llegue al 7 % en 2016", señala Kaushik Basu, vicepresidente superior y economista principal del Banco Mundial.
Otra cosa será lo que ocurra en los países productores de petróleo, aún así, siempre se puede buscar el mensaje positivo ya que, para Ayaan Kose, director de Perspectivas de desarrollo del Banco Mundial, "tanto para exportadores como para importadores, la baja en los precios representa una oportunidad para llevar a cabo reformas que puedan aumentar los recursos fiscales y servir a objetivos ambientales más amplios".
En Brasil, Indonesia, Sudáfrica y Turquía, señala el organismo, la caída en los precios del petróleo ayudará a reducir la inflación y el déficit en cuenta corriente, una causa importante de vulnerabilidad para muchos de estos países. En cambio, para la economía rusa se espera "una contracción del 2,9% para este año". ¿Serán capaces los emergentes de aprovechar sus fortalezas y hacer de 2015 su año?