"Tradicionalmente, los mercados emergentes no han respondido bien a las subidas del dólar. Sin embargo, no vivimos tiempos normales en los mercados globales ni en la política monetaria estadounidense. Vale la pena considerar si las lecciones del pasado siguen cumpliéndose en la actualidad y qué supone para la inversión un dólar más fuerte", explican los […]
Dirigentes Digital
| 19 ene 2015
"Tradicionalmente, los mercados emergentes no han respondido bien a las subidas del dólar. Sin embargo, no vivimos tiempos normales en los mercados globales ni en la política monetaria estadounidense. Vale la pena considerar si las lecciones del pasado siguen cumpliéndose en la actualidad y qué supone para la inversión un dólar más fuerte", explican los expertos de JP Morgan Asset Management en sus últimas previsiones trimestrales.
En este escenario, los expertos apuntan a 3 motivos en la tendencia alcista del dólar. En primer lugar, los resultados económicos dispares. "La economía estadounidense parece haber crecido a una saludable tasa del 3% en la segunda mitad de 2014, y resulta particularmente sólida si se la compara con la pérdida de momentum económico en la zona euro, Japón y China en 2014", explican desde la firma.
Además de las divergencias en políticas monetarias (con la Fed comenzando la subida de tipos y el BCE y el Banco de Japón inmersos en políticas expansivas), JP Morgan menciona otro motivo para la revalorización del dólar: La reducción del endeudamiento de EEUU frente al resto del mundo. "El actual déficit por cuenta corriente estadounidense se ha reducido en gran medida en los últimos años, principalmente como resultado de su mayor independencia energética. Apenas un tercio de la energía consumida por los EEUU el pasado año fue importada, muy por debajo del 60% del año 2005", recuerdan.
Estos 3 pilares que mantendrán, a su juicio, la tendencia alcista del dólar, tienen una fuerte implicación para los inversores. Especialmente aquellos que estén interesados en volver a los mercados emergentes. "Históricamente, los precios de la renta variable de los mercados emergentes ha tenido una fuerte correlación negativa con el dólar", recuerdan los expertos.
El motivo no es otro que la elevada dependencia de estas economías de las materias primas, ya que cuando el valor del billete verde está más alto, se suelen producir salidas de capital de estas economías, también por el efecto de conversión de las divisas que reduce el valor en dólares de las ganancias de los mercados emergentes.
Sin embargo, desde JP Morgan señalan que en este nuevo ciclo, las cosas pueden ser diferentes. "El último periodo de fortalecimiento del dólar estadounidense concluyó en 2002, y desde entonces, algunas economías emergentes han reducido su exposición a las materias primas e incrementado su exposición a la industria manufacturera". En este escenario, aquellas con vínculos con los consumidores estadounidenses podrían estar mejor posicionadas de cara a las preferencias de los inversores.
En este sentido, desde SelfBank consideran que las mejores perspectivas son para las naciones que sí están impulsando reformas, "como es el caso de India, México y China". Pero todo para perfiles más arriesgados, pues los expertos no olvidan el impacto de la apreciación del dólar en lo que se refiere al pago de deuda referenciado en esta divisa.
Dentro de emergentes, y ante la relación entre la subida del dólar y la caída del precio del petróleo, desde el Departamento de Análisis de Bankinter recuerdan que los peor parados serán los más dependientes del crudo. Países productores como Rusia y Venezuela. "El primer país ya está sufriendo las consecuencias que se unen a las sanciones impuestas por Occidente debido a la guerra de Ucrania: desplome del rublo, alta inflación, dificultades de sus empresas para pagar deudas y contraer otras nuevas, inflación, contracción severa de su economía", recuerdan.
Por su parte, explican que para que Venezuela pueda equilibrar sus cuentas estatales necesita que el petróleo cotice a 120 dólares el barril. El país presidido por Nicolás Maduro atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años, con una grave escasez de productos básicos que amenaza con el estallido de una nueva crisis social.