Emprender con visión de futuro

El emprendimiento es una tarea apasionante y complicada a la vez, que exige tener una visión a medio plazo y un período de adaptación y de conocimiento del cliente. No es un camino de rosas como, en ocasiones, pueda parecer.

Después de haber estado un año en California, tres meses en Boston y de ser inversor en dos Startups españolas situadas en LA y San Francisco, puedo aportar una visión de lo que busca el mercado americano que pueda ser replicable en España. Desde mi punto de vista y después de haber lidiado con algunos inversores americanos para mis dos Startups, lo que busca el inversor es que el proyecto tenga tracción en Estados Unidos, que sea un producto global y que tenga un buen equipo de personas entregadas al mismo. El inversor no se centra en un principio tanto en las proyecciones financieras como en un buen proyecto. Se han efectuado inversiones en proyectos que no han sido capaces de generar facturación.

A diferencia de España, donde es más fácil empezar gracias a las ayudas tipo Enisa, por ejemplo, en Estados Unidos es más complicado conseguir la inversión inicial. Ahora bien, una vez conseguida la inversión inicial en Estados Unidos, es más fácil desarrollar el proyecto, ya que estamos hablando de un mercado gigante donde el consumidor está acostumbrado a valorar el trabajo y a pagar por las cosas.

Siempre nos planteamos si el modelo Silicon Valley es replicable en España. Desde mi punto de vista no es posible, ya que estamos ante dos sociedades distintas en las que el emprendimiento tiene una implantación muy diferente. En Estados Unidos, la idea de montar una empresa es algo muy común. Recuerdo que conocí a un estudiante Chino que era su último año de carrera y estaba montando una aplicación. Ya estaba hablando con médicos para el desarrollo de la aplicación. Pocos estudiantes tienen la idea de ser funcionarios. Además, es una economía muy grande en la que el Estado tiene una dimensión muy limitada, lo que hace que los ciudadanos tengan que luchar día a día por sacar a sus familias adelante. Esto fomenta la creación de empresas y, a la vez el consumo, lo cual favorece el emprendimiento. España es diferente, ya que tenemos muchas ayudas públicas y un Estado muy grande, lo cual no estimula el emprendimiento.

Dicho esto, creo que la situación está cambiando en España y que cada vez se está fomentando más el emprendimiento.

La mayor dificultad que se encuentran los emprendedores españoles es la financiación y el hacer crecer el tamaño de las Startups. Como ya he señalado, es fácil empezar ya que hay fondos europeos que pueden financiar la etapa inicial de las Startups. Ahora bien, esta inversión inicial suele ser pequeña y, normalmente, una vez se acaba, es difícil acceder a nuevas inversiones que potencien las Startups y que las hagan más competitivas. Con la inversión iniciar una Startup puede aguantar un año como mucho. A partir de ahí y, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, los inversores suelen fijarse exclusivamente en las proyecciones financieras y menos en las ideas o en los equipos, lo cual hace que muchas Startups mueran en el segundo año.

Tendría que haber un mejor acceso a la financiación para las Startups, a partir del segundo año de vida y una visión más de proyecto por parte de los inversores, sin centrarse tanto en las proyecciones financieras. Igualmente, a nivel público, tendría que haber un mejor tratamiento fiscal para las Startups. Hay demasiados impuestos que limitan las posibilidades de crecimiento de las empresas. En lugar de querer recaudar tantos impuestos en las etapas iniciales, el dinero de las Startups debería de destinarse a más inversión y crecimiento, lo cual beneficiaría al Estado a largo plazo.

Antonio Martínez, emprendedor y fundador de portalabogados.es