Sin haber salido aún de la turbulencia política que en 2016 incluyó la destitución presidencial, la rebaja de su nota de crédito y la persistencia de una recesión como no ha visto en los últimos 25 años, Brasil abre su mercado de energía renovable a la participación de empresas chinas como una posibilidad de reanimar la economía a partir de 2017.
Las empresas asiáticas que están jugando en primera línea en el aún incipiente sector local de la energía renovable son Huawei, BYD y State Grid, con proyectos ya otorgados por el Gobierno y otros en marcha para la instalación de usinas solares, fábricas de paneles y producción de vehículos eléctricos.
Sol, viento y electricidad
Entre los otorgados, está Huawei, que agrega a su conocida actuación global en telefonía una planta solar que comenzará a construirse en Brasil a inicios de 2017 (Huawei FusionSolar 3.0 Smart PV), incluyendo el inversor fotovoltaico inteligente SUN2000-50KTL.
“Brasil tiene excelentes condiciones de radiación solar, pero tan sólo el 0,01% del consumo nacional de energía proviene de esa fuente”, expresó el Gobierno al anunciar la concesión, considerada “una gran oportunidad de nuevos negocios para Huawei y Steelcons (socia local) en un escenario en el que la demanda por energía crece rápidamente todos los años”.
Otra firma china avanzada es Byd, que contará a partir de 2017 con un crédito de 300.000 millones de dólares del Banco de Fomento de China para producir autobuses eléctricos y paneles solares en Brasil, una ampliación de la planta que ya tiene allí.
También es fuerte la compradora china State Grid, que ya tiene el 68,1% de CPFL (la principal distribuidora eléctrica de Brasil), después de haber adquirido el 23,6% que poseía el grupo Camargo Correa y el 29,4% que estaba en manos del fondo de pensión de los empleados de Banco do Brasil (Previ).
En 2015, China Three Gorges (CTG) había adquirido dos usinas hidroeléctricas y la participación brasileña en Duke Energy, convirtiéndose en una de las energéticas privadas más importantes en capacidad instalada en ese país.
Energía china
La matriz energética brasileña es predominantemente hidroeléctrica, pero el país ha iniciado un proceso de diversificación de sus fuentes. La energía eólica ya supera la marca de 10 GW de potencia, mientras que la solar avanza hacia los 2 GW, indican informes oficiales.
Más allá del interés que tiene China por intensificar sus inversiones en América Latina como estrategia de solución para su propia desaceleración, Brasil es su gran socio en el proyecto BRICS.
“En 2016, las compañías chinas han invertido 11.900 millones de dólares en comprar firmas brasileñas”, resume Financial Times, con base en cifras de Dealogic (compañía de datos). “Es el nivel más alto desde 2010, cuando Brasil estaba en la cima de su auge económico impulsado por el boom de los commodities”, apunta la especialista Lucy Hornby desde Beijing.