Los datos recopilados por Bankinter en su último informe de estrategia trimestral evidencian lo dramático de la situación. "En la década de los 60, momento de creación del sistema, la esperanza de vida era de 69 años y la tasa de natalidad era del 22?. En la actualidad la esperanza de vida es de 83 […]
Dirigentes Digital
| 01 oct 2015
Los datos recopilados por Bankinter en su último informe de estrategia trimestral evidencian lo dramático de la situación. "En la década de los 60, momento de creación del sistema, la esperanza de vida era de 69 años y la tasa de natalidad era del 22?. En la actualidad la esperanza de vida es de 83 años y la tasa de natalidad es próxima al 9?", recuerdan.
Hay numerosos factores que sin duda presionan la proyección del ratio pensionistas sobre cotizantes. El incremento en el número de autónomos, que optan por cotizaciones reducidas, incorporación cada día más tardía al mercado laboral, elevado desempleo, baja natalidad, etc. Pero la inversión de la pirámide poblacional es el denominador común en los sistemas español y de otros países europeos. "Algunos países de nuestro entorno han introducido reformas paramétricas como incrementar la edad de jubilación o el periodo de cotización, o modificar el índice de revalorización de las pensiones", recuerdan desde Bankinter.
Y España está en este grupo. Algo que no es suficiente para los expertos. "A los cambios paramétricos sería necesario añadir cambios metodológicos que permitan el traslado desde un sistema de reparto hacia una combinación de capitalización y reparto", indican. Y las previsiones que manejan asustan. El Fondo de Reserva de la Seguridad Social cuenta con unos 39.500 millones de euros, nivel que ha ido reduciéndose desde 66.815 millones en 2011. "Al ritmo actual, no será suficiente según nuestras estimaciones más allá de 2020/2021, estimando un consumo de 7.500 millones de euros al año)", advierten desde la firma.
¿Cuál es el modelo a imitar?
Mucho se ha debatido sobre los cambios que España debe asumir para hacer sostenible su sistema de pensiones. Y nombres como Alemania, Suecia e Italia suelen aparecer de forma recurrente como los que han llevado a cabo reformas más profundas. Tal y como recuerdan desde Bankinter, "Suecia ha realizado un cambio profundo pasando de un sistema de reparto hacia uno mixto. Los trabajadores cotizan de manera obligatoria un 18,5% de su retribución bruta, de la cual un 16% va destinada a una cuenta nocional en régimen de reparto y el resto va destinado a una cuenta individual en régimen de capitalización, pudiendo el trabajador escoger entre una amplia gama de fondos de gestión privada".
Alemania también implementó una reforma que introduce tanto cambios paramétricos como metodológicos. Por un lado, elevó los porcentajes de cotización obligatorios de contribución al sistema estatal, de forma que el total alcance el 20% del PIB en 2020 y
22% en 2030. Introdujo un sistema de sostenibilidad relacionado con el número de pensionistas sobre cotizantes, ajustándolo así a la esperanza de vida, y elevaron la edad de jubilación hasta los 67 años desde los 65 años. Por el lado de los cambios estructurales introdujeron un sistema privado en régimen de capitalización. "Esto consiste en que fomentan los planes privados promovidos tanto por empresas como por los propios empleados, con importantes ventajas fiscales. Los empleados pueden exigir que se invierta hasta el 4% de su salario en un plan complementario", explican los expertos.
Los expertos se muestran convencidos de que la realidad obliga a tomar medidas. "La cuestión no es si sucederá, sino únicamente cuándo sucederá", indican. Hasta entonces, recomiendan complementar las actuales cotizaciones sociales públicas con la dotación de un plan de pensiones personal y privado, aprovechando la deducción fiscal de que disfrutan hoy en el IRPF.