Atlanta es una de las ciudades con peor tráfico en Estados Unidos. Este pasado invierno, con motivo del extraordinario clima invernal que se vivió en la ciudad, ésta quedó paralizada entre el hielo y el atasco. Los múltiples carriles de la I-75 y la I-85, las dos principales autovías de acceso, quedaron colapsados. Éste fue […]
Dirigentes Digital
| 24 jun 2014
Atlanta es una de las ciudades con peor tráfico en Estados Unidos. Este pasado invierno, con motivo del extraordinario clima invernal que se vivió en la ciudad, ésta quedó paralizada entre el hielo y el atasco. Los múltiples carriles de la I-75 y la I-85, las dos principales autovías de acceso, quedaron colapsados. Éste fue un escenario extremo, pero la cotidianeidad de esta ciudad se vive entre atasco y atasco. El Departamento de Transporte del estado de Georgia convocó un concurso para hacer una calzada adicional reversible. En julio de 2013, se anunció que el consorcio de empresas Northwest Express Roadbuilders se iba a hacer cargo del proyecto. La construcción del llamado "Corredor del Noreste" durará, al menos, cuatro años – un reclamo de trabajo a nivel local, regional, nacional, e incluso, internacional.
Atlanta no fue la única ciudad a la que el invierno puso en evidencia en materia de infraestructuras. Las vías de ferrocarril de mercancías en el noroeste del país han sufrido hasta hace poco de un considerable atasco. El boom de la energía, que tiene acaparadas las vías para transportar petróleo, limitó el uso de los trenes a otros sectores como la agricultura impidiendo el transporte de productos básicos como fertilizantes. Pero ésta no será la única consecuencia del boom energético en Estados Unidos. Según un reciente informe elaborado por el grupo consultor FMI, en 2017, el 10% de la fuerza de trabajo en el sector de la construcción estará directamente relacionado con las infraestructuras vinculadas al gas y al petróleo. Las cifras del reciente informe elaborado por la petrolera BP respaldan esta realidad: en 2013, por segundo año consecutivo, Estados Unidos registró su mayor alza anual en la producción de petróleo, con un incremento del 13,5 por ciento a más de 10 millones de barriles por día y la demanda de petróleo creció al ritmo más intenso del mundo, superando a China por primera vez desde 1999. Según Christof Ruhl, principal economista de BP, este crecimiento del consumo estuvo liderado por una expansión en el sector industrial en el país.
Pero de nada sirve tan prometedor potencial si no hay unas infraestructuras adecuadas para sostenerlo. A mediados del mes de Mayo, el presidente de los Estados Unidos Barack Obama anunció su intención de acelerar la concesión de permisos para la construcción de carreteras, puentes y otros grandes proyectos. Está claro, intención hay, ya solo falta que los legisladores se pongan de acuerdo para proporcionar los fondos.
Para ello existe el llamado Highway Trust Fund, la principal fuente de dinero con la que cuenta el gobierno federal para construir y mantener carreteras y sistemas de tránsito ? en estos momentos está en manos del Congreso reponer los fondos y hay prisa por hacerlo. La administración Obama ya ha advertido que el fondo será insolvente en agosto, lo que hará que numerosos proyectos se queden en espera, con la consecuente pérdida de 700.000 puestos de trabajo. A mediados del mes de junio, el presidente del Comité de Finanzas del Congreso, el Demócrata Ron Wyden, aseguró que se está trabajando en un plan para aportar 10.000 millones de dólares al fondo. A la falta de fondos se une un segundo problema para que el sector de las infraestructuras termine de despegar en el país: la falta de personal cualificado. En el caso de la construcción de casas es evidente. Una situación que afecta directamente al precio del inmueble. El precio sube por dos razones: el retraso en la entrega y los elevados sueldos del esquivo personal. El sueldo medio de los trabajadores en este sector subió hasta febrero de este año un 6,3% con respecto al mismo periodo del año anterior; la media de la subida en el resto de las industrias ha sido de un 2,2%. Parte de la culpa de esta escasez de personal la tiene el sector energético. En ciudades como Denver o Minneapolis y en estados como Texas o Oklahoma están viendo cómo sus trabajadores se vuelven al sector energético.