La Bolsa sigue siendo el activo estrella de las gestoras para este año. Sin embargo, la prudencia se ha instalado frente a la euforia de principios de año sobre este mercado. No es de extrañar que los inversores empiecen a plantearse si los parqués han subido ya demasiado sin que la esperanza de principios de […]
Dirigentes Digital
| 25 jun 2014
La Bolsa sigue siendo el activo estrella de las gestoras para este año. Sin embargo, la prudencia se ha instalado frente a la euforia de principios de año sobre este mercado. No es de extrañar que los inversores empiecen a plantearse si los parqués han subido ya demasiado sin que la esperanza de principios de año, centrada en los beneficios empresariales, se haya cumplido del todo.
En su último comentario trimestral, Paras Anand, responsable de renta variable europea de Fidelity, advierte que "es poco probable que veamos, al menos a corto plazo, el giro al alza en los beneficios que se podría decir que descuentan las cotizaciones". Y si a ello se suman los dispares datos económicos en EE UU y episodios de tensión como Ucrania o la "percepción de cierta efervescencia en las valoraciones en áreas como Internet y los inmuebles prime", se entiende por qué se está dejando sentir un mayor grado de cautela en el mercado.
Desde Fidelity lo tienen claro: "si realmente estos dos amigos alejados (las cotizaciones y los beneficios empresariales) van a hacer un acercamiento, está cundiendo la sensación de que lo harán por la vía de los descensos bursátiles". Pero si por una perspectiva apuestan en la gestora, es que la conexión entre cotizaciones y beneficios no se establece a corto, sino que sigue ampliándose durante un periodo prolongado.
Además, los expertos confían en que los factores que impulsan la demanda de acciones sean distintos de la evolución de los beneficios empresariales. "Una forma en que podría producirse es que sigamos viendo una mejora definitiva de la actividad empresarial durante los próximos trimestres", explica Anand. Especialmente gracias a la enorme solidez de los balances de las compañías tras los duros años de crisis.
La gestora calcula que en EE UU el excedente de tesorería en los balances de las empresas supera los 2 billones de dólares. "Hemos visto, casi de forma inevitable, cómo cobraban una mayor relevancia los inversores activistas que ven una oportunidad para que los equipos directivos gestionen el capital de forma más diligente", explica Anand.
En este sentido, asegura que aunque este factor podría apuntar a un "subidón" en las grandes recompras de acciones, "los equipos directivos también están centrándose en cómo pueden desarrollar sus negocios a medio plazo mediante el refuerzo de su posición en sus sectores, dando prioridad a los negocios estratégicos o intentando ascender por la cadena de valor".
El responsable de renta variable europea de Fidelity explica que el hecho de que los costes de financiación sean bajos, que exista una fuerte demanda de capital y que la mayoría de los países estén estudiando recortes impositivos a las empresas, "significa que existen condiciones favorables para las grandes operaciones corporativas". Y en este escenario, las empresas europeas están mejor posicionadas, "ya que las estructuras corporativas son abiertas y los negocios se encuentran mejor gestionados y tienen mayor diversificación geográfica, mientras que las valoraciones siguen siendo atractivas".
Anand cierra el círculo asegurando que esta situación influirá en las relaciones a corto plazo entre las cotizaciones y los beneficios, ya que si las empresas compradoras representan parte del incremento a medio plazo de la demanda de capital, tenderán a usar referencias de valoración que prestarán poca atención a los indicadores de beneficios a corto plazo. "Así, tenderán a considerar las perspectivas económicas a largo plazo del negocio y, sobre todo, cualquier sinergia en ingresos y costes que puedan materializar (cosa que los accionistas minoritarios, lógicamente, no pueden hacer)".
Esto podría significar que la distancia entre las cotizaciones y los beneficios no sólo se mantendrá, sino que podría ampliarse. "Esta evolución podría incomodar a muchos inversores pero, huelga decirlo, eso no debería impedir que sucediera". Pero no de forma inmediata, ante la mejora de la actividad empresarial.