No podemos olvidar que a la incertidumbre en torno a Pekín, se ha sumado la que rodea al próximo movimiento de la Reserva Federal (Fed) con unos inversores que no saben muy bien si esperar una subida de tipos en diciembre o no, después de que la inestabilidad en los mercados financieros (derivada de la […]
Dirigentes Digital
| 06 nov 2015
No podemos olvidar que a la incertidumbre en torno a Pekín, se ha sumado la que rodea al próximo movimiento de la Reserva Federal (Fed) con unos inversores que no saben muy bien si esperar una subida de tipos en diciembre o no, después de que la inestabilidad en los mercados financieros (derivada de la ralentización en China) le llevara a retrasarlo en diciembre. Los buenos datos conocidos en los últimos días, especialmente el Informe de Empleo de octubre, han aumentado las expectativas (ahora la probabilidad está en el 72% frente al 56%) y también parece que el mercado comienza a interpretar que no hay tanto que temer, pues cualquier repunte será gradual, y sí bastante que celebrar en tanto en cuanto muestra una renovada confianza en la economía.
Con todo, es cierto que durante el tercer trimestre la economía del gigante asiático creció a su ritmo más bajo desde la crisis financiera (6,8%) y, aunque las autoridades cuentan con espacio suficiente para implementar políticas que eviten (quizá) un el peor escenario, el peligro sigue ahí. "El profundo cambio económico que afronta el país al pasar de una economía basada en la inversión en infraestructuras y en las exportaciones a una sustentada por el consumo privado, va a ser complejo y nada fácil de manejar", afirman los expertos de Link Securities.
Aunque, tal y como señalan desde ETF Securities el People’s Bank of China (PBoC por sus siglas en inglés) tiene "más espacio para tomar medidas de estímulo y no podemos descartar más descensos en el renminbi si se muestra más agresivo en su política monetaria"
Al mismo tiempo, aunque nos quedemos simplemente con la idea de una "ralentización", esta pérdida de momentum ha supuesto la "puntilla" para unas materias primas y unos emergentes ya en caída libre. A vueltas con el exceso de oferta y la debilidad de la demanda, riesgos que se han visto exacerbados por el debilitamiento de las perspectivas de crecimiento globales, las commodities no encuentran un suelo, y arrastran consigo a los países productores, como Rusia o Brasil, que, al mismo tiempo, padecen importantes problemas domésticos (recesión, política, deuda…).
En este contexto, Roubini Global Economics ha incrementado la probabilidad de un escenario global adverso a medio plazo (12-18 meses) al 30% desde el 15%, siendo uno de los principales catalizadores del mismo un debilitamiento en China mayor de lo esperado. Este "caso" conllevaría una desaceleración del crecimiento mundial por debajo del 3%, "lo que implica un aumento del desempleo y el estrés financiero".
Por último, el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, destaca que con ventas al por menor, producción industrial, inversión… sobre la mesa parece que hay cierta estabilización de los datos, mejora de la liquidez y el crédito. "Al final, aunque es cierto que esperamos una nueva desaceleración del PIB durante el cuarto trimestre, sin duda también lo es que los indicadores de coyuntura apuntan a que las medidas de las autoridades, monetarias, estructurales y fiscales, también están siendo positivas al moderar la desaceleración. Pero es pronto para bajar la guardia. Aunque los mercados siempre van muy rápido".