Cuando se piensa en un modelo de Estado de Bienestar o educativo, siempre se mira al norte. Los países del norte de Europa son la referencia de las sociedades avanzas. Curiosamente, Dinamarca, Noruega o Suecia tienen una larga tradición política de pactos de Gobierno. Las sociedades de estos países son tan plurales que pocas veces un partido político puede gobernar en solitario sin apoyarse en otras fuerzas políticas.
Pueden ser el espejo en el que mirarse para que los dirigentes políticos españoles salgan del entuerto que les ha deparado las urnas. Por ejemplo en las elecciones danesas de principio de año salió un Parlamento muy fragmentado con tres partidos con una diferencia de menos de trece escaños en un total de 175. Tras negociar, Venstre, la tercera fuerza política, de centro y con el 19% de los votos, formó Gobierno. Lars Rasmussen gobernó en minoría y logró superar la investidura gracias al apoyo de Dansk Folkeparti, de derecha extrema, y que fue segundo en las elecciones. Por primera vez en treinta años gobierna un partido en solitarios. La tradición danesa ha sido fiel a grandes coaliciones de centro-izquierda, centro con derecha o de izquierda con derecha.
Pero el caso danés no es una excepción. En Noruega manda el Høyre (de centro derecha) con Fremskrittspartiet (extrema derecha) en coalición. Por primera vez en 30 años gobierna un partido conservador. El Arbeiderpartiet, socialdemócrata, ha sido el partido hegemónico pero en pocas ocasiones ha podido gobernar en solitario. En varias ocasiones ha compartido Ejecutivo con socialistas, liberales y centristas.
La socialdemocracia también ha dominado Suecia en los últimos años. El partido ha tenido que contar con socios a izquierda y a derecha. Actualmente, Stefan Löfvén lidera el país con el apoyo de los Verdes.
Pero los pactos y las coaliciones no sólo son cosa de partidos de centro izquierda en Europa. También de centro derecha. En estos momentos se apela a una gran coalición a la alemana. Merkel va por su tercera legislatura con el SPD (el partido socialista alemán). Lo que empezó en 2005, cuando la canciller tendió la mano al SPD para evitar que pactase con la izquierda radical.
En Holanda, también hay una gran coalición, los conservadores y los socialdemócratas. Antes, el actual primer ministro, Mark Rutte, gobernó con los centristas y con el partido de Geert Wilders, de extrema derecha. En Austria la fórmula se repite desde 2007.
Sólo son un ejemplo de que se puede gobernar en minoría y con acuerdos. Y si no siempre queda la solución belga. El país se pasó año y medio sin Gobierno, tras unas elecciones en 2010 en la que no hubo manera de ponerse de acuerdo.