El IPC adelantado cae siete décimas hasta el -1,1% en diciembre, según el Instituto Nacional de Estadística. El descenso tan pronunciado se debe al descenso del precio de los carburantes.
En 2013, el precio de la gasolina y gasóleo alcanzó máximos históricos. El desplome del precio del petróleo en los mercados internacionales se está trasladando lentamente en el precio de venta al público, con el correspondiente impacto en el IPC de diciembre.
Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría una disminución de siete décimas en su tasa anual, ya que en el mes de noviembre esta variación fue del menos 0,4%.
Hasta que el INE a mediados del próximo mes no publique el dato definitivo, no se sabrá qué profundidad ha tenido la caída de precios. Teóricamente, la deflación describe una situación de caídas de precios generalizada.
En el comunicado, el instituto afirma que el descenso se ha producido principalmente en carburantes. Desde julio pasado, la inflación subyacente que excluye alimentos y productos energéticos por su volatilidad en los precios, se mantiene estable en tasa anual entre el 0 y el -0,1%.
La caída de precios favorece el consumo y provoca un aumento en el poder adquisitivo de las rentas inicialmente. Históricamente, la deflación está ligada a largos periodos de recesión. Por no hablar de efecto perverso sobre la deuda, si la autoridades intentar recuperar la inflación subiendo los tipos.