Sin embargo, persisten patrones de exclusión que afectan principalmente a las mujeres, a los grupos indígenas y a los descendientes de las comunidades africanas. Éstos son algunas de las principales conclusiones del Índice de Inclusión Social 2014 que publica anualmente la Americas Society/Council of the Americas (AS/COA), un informe que se ha presentado recientemente en […]
Dirigentes Digital
| 01 ago 2014
Sin embargo, persisten patrones de exclusión que afectan principalmente a las mujeres, a los grupos indígenas y a los descendientes de las comunidades africanas. Éstos son algunas de las principales conclusiones del Índice de Inclusión Social 2014 que publica anualmente la Americas Society/Council of the Americas (AS/COA), un informe que se ha presentado recientemente en Washington y Nueva York. Según el Director Senior de Política de la institución, Christopher Sabatini, "lo que destaca es que la inclusión social, a diferencia del crecimiento del PIB y los aumentos en el ingreso, es difícil de cambiar a corto plazo. Está profundamente relacionado con las condiciones históricas, estructurales e incluso de actitud".
El índice de Inclusión Social elaborado por la Americas Society, se elabora a partir de 21 variables de 17 países del continente americano. Entre estas variables se encuentran desde el PIB, hasta el acceso a bienes públicos y privados, la protección de los derechos humanos o el acceso a la justicia. En su tercer año, encabeza la lista Uruguay, que ha mejorado con respecto al año anterior en áreas como la económica, los derechos políticos y el acceso a una vivienda adecuada. En segundo lugar, empatan Argentina (por primera vez en el informe) y Costa Rica, por el incremento en el porcentaje del PIB dedicado a programas sociales y la mejora de los derechos a la mujer, entre otros aspectos.
Estados Unidos queda en el cuarto lugar de la lista, -desciende un puesto respecto a 2013- debido a la ralentización económica (crecimiento del 1,85% del PIB) y al nivel bajo de percepción de la capacidad de respuesta del gobierno según el género; sin embargo, es el primero de la lista en cuanto al porcentaje del PIB dedicado a programas sociales (14,9%).
En relación a otras notables economías de la región, Chile ha descendido al quinto puesto de la lista desde el segundo (la mayor caída) por la escasa inversión en salud y educación; Perú ha subido al sexto puesto, entre otras razones, por su mejora en derechos de la mujer y uno de los mayores crecimientos experimentados en el PIB (6,37%), aunque sus niveles de gasto social permanecen entre los más bajos; Brasil, en octavo lugar, muestra un destacado crecimiento de su clase media que contrasta con un alto índice de pobreza de las minorías y un mal acceso a los servicios públicos; México se mantiene en la doceava posición a pesar de haber mejorado en la reducción de la pobreza ? uno de sus principales desafíos sigue siendo el acceso al mercado de trabajo formal, aquel alejado de la economía sumergida.
El llamado Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua) continúa la tendencia negativa de años anteriores en la mayoría de los indicadores. La combinación de altos niveles de pobreza, falta de oportunidades, diferencias de género y raza, y un acceso precario a la educación y al mercado de trabajo han arrastrado de nuevo a estos países, junto con Paraguay, a los peores puestos. En concreto, Paraguay, Honduras y Guatemala repiten al final de la lista.
El informe concluye con una serie de recomendaciones para mejorar la situación global, entre ellas "aumentar la inscripción de estudiantes afroamericanos e indígenas en la escuela secundaria, aprobar leyes de cuotas para la mujer, mejorar la protección legal de las oportunidades económicas de la mujer, y expandir el empleo formal".