Dinero barato y activos tóxicos fuera de balance. Aunque resulte contradictorio, el sector bancario ha sido uno de los grandes triunfadores de la crisis. Entidades que, con la ayuda del BCE, han logrado aumentar márgenes con la bajada de tipos y el desplome en la remuneración de los depósitos, aligerando el peso de la mochila […]
Dirigentes Digital
| 15 sep 2014
Dinero barato y activos tóxicos fuera de balance. Aunque resulte contradictorio, el sector bancario ha sido uno de los grandes triunfadores de la crisis. Entidades que, con la ayuda del BCE, han logrado aumentar márgenes con la bajada de tipos y el desplome en la remuneración de los depósitos, aligerando el peso de la mochila del ladrillo y con una avalancha de dinero que aún no han conseguido trasladar a la economía real.
"A la banca europea le han venido a ver Papá Noel y los Reyes Magos juntos", se escucha en los corrillos financieros desde la última reunión del organismo presidido por Mario Draghi. El próximo jueves 18 de septiembre, el sector recibirá el enésimo regalo justo antes de los test de estrés: la primera barra de liquidez condicionada a la concesión de créditos (TLTRO) del BCE.
Estas y otras medidas, como la esperada compra de ABS (activos titulizados), suponen una enorme cantidad de dinero que no acaba de llegar a su destino y que, según los expertos, amenaza con provocar una nueva burbuja financiera de consecuencias imprevisibles si el crecimiento europeo no logra repuntar con fuerza.
No quiere decir que esta burbuja sea negativa para los inversores, que también podrían aprovechar para llenarse los bolsillos. Incluidos los bancos. "Gracias al dinero barato del BCE y al traspaso de los activos tóxicos a la Sareb, los balances bancarios son más sólidos. Han mejorado su calidad crediticia y no tienen por qué usar todo el dinero en conceder créditos", advierten los expertos de Tressis.
LA GRAN TENTACIÓN
Víctor Alvargonzález, Director de Inversiones de la firma, confía en que las entidades sí hagan caso al mandato del organismo monetario y hagan fluir ese dinero a los consumidores, pilar de la recuperación económica. Sin embargo, el experto admite que la tentación es muy fuerte. "Cuando te lo ponen tan fácil, puedes tener el impulso de destinar parte de la tesorería a tomar más riesgos, por ejemplo, comprando activos en Bolsa, donde sin duda ganarás más que dando un crédito", asegura.
Jesús Sánchez Quiñones, Director General de Renta 4 Banco coincide con esta idea: "La liquidez inyectada por el BCE puede ir a la economía real, o alternativamente a los mercados de activos, entre ellos a la Bolsa. El peligro de burbujas futuras es evidente si el crecimiento real de la economía europea no es una realidad en un futuro cercano", explica en un reciente post.
El razonamiento es sencillo: si llenas los bancos de dinero y este no llega a las clases medias-altas, que son las que más consumen, la demanda no aumentará, y la posibilidad de que las entidades los desvíen hacia activos financieros es mayor. "A los bancos no les gusta tener el dinero parado", explican los expertos, quienes aseguran que "una mesa de negociación que haga trading particular, si aumenta un 10%, ya supone un dineral para las Bolsas".
Desde JP Morgan recuerdan que, en teoría, "los bancos centrales pueden utilizar políticas macroprudenciales en sectores específicos para evitar burbujas de clases de activos", manteniendo al mismo tiempo una política monetaria muy laxa". Sin embargo "en la práctica, han sido incapaces de detectar las burbujas lo suficientemente pronto como para poder resolverlas sin que se produzcan daños económicos importantes".
GOBIERNOS, ¿CULPABLES?
Es un hecho que el riesgo de burbuja existe, aunque no sea inminente. "No sabemos si las medidas de Mario Draghi llegarán o no a la economía real, pero lo único seguro es que no servirán de nada si no aumenta la demanda interna", asegura Alvargonzález. Y es que, tal y como explica Sánchez Quiñones, la facilidad de colocación que han tenido en los últimos tiempos los Tesoros nacionales y los menores tipos de interés "invitan a los gobiernos a caer en la complacencia".
Los expertos tienen claro que son los políticos los que deben actuar para abrir la única puerta de salida hacia el crecimiento: el aumento del consumo. "El Gobierno no es consciente de la necesidad de promover las ganas de consumir. Hay que bajar los impuestos, porque si no, no llenarás los restaurantes, sus dueños no pedirán un crédito para ampliar el local y el dinero barato del BCE se quedará en los mercados en vez de llegar a la economía real", insiste Alvargonzález. Y ese será el momento. La burbuja financiera estará a punto de estallar, poniendo en jaque los sacrificios ya realizados por los contribuyentes europeos.