El mundo aún no ha superado por completo las secuelas de la crisis financiera de 2007-2008, cuando ya se plantea el riesgo de otra crisis, según explica a través de un artículo Philippe Ithurbide, Global Head of Research de Amundi. La pregunta es si es posible pasar de un régimen de crecimiento sin inflación y […]
Dirigentes Digital
| 04 may 2018
El mundo aún no ha superado por completo las secuelas de la crisis financiera de 2007-2008, cuando ya se plantea el riesgo de otra crisis, según explica a través de un artículo Philippe Ithurbide, Global Head of Research de Amundi. La pregunta es si es posible pasar de un régimen de crecimiento sin inflación y con bajos tipos de interés a otro de mayor volatilidad, inflación y tipos de interés sin sufrir una crisis financiera o algún shock macroeconómico
Tales son las cuestiones en juego para 2018. Los extremadamente bajos yields de los bonos, la burbuja de crédito en China o la denominada “excesiva” valoración de algunos mercados de renta variable generalmente se conocen como segmentos de riesgo, mientras que una decisión de política monetaria mal percibida o un aumento repentino de las expectativas de inflación aparecen “como los más factores que podrían desencadenar una crisis, a través de un repricing de las primas de riesgo“.
En este sentido, añade, no hay que subestimar “los factores de aceleración de crisis, actualmente significativos, que son potencialmente la baja liquidez de los mercados de renta fija, la concentración de las posiciones y el mimetismo de los inversores”.
Sin embargo, es muy difícil apostar a una gran crisis financiera, como las vividas en 2000 o 2008. Entre los criterios tranquilizadores se encuentran la buena salud de los bancos, una situación macroeconómica favorable, economías con una menor sensibilidad a la inflación que antes, y una comunicación buena por parte de los Bancos Centrales todavía creíble y predecible.
El escenario que parece más probable para 2018 no es un escenario de crisis, sino de “mayor nerviosismo”. El contexto del mercado de hecho ha evolucionado. Las políticas de tipos de interés han llegado a su límite, la “era de los bajos tipos de interés para siempre” ha terminado, el gran período de desinflación ha terminado y los programas de expansión cuantitativa desaparecerán gradualmente. Todo esto significa, apunta el experto que “el reprincing de las primas de riesgo resultará inevitablemente en fases de mayor volatilidad, subidas de tipos a corto y largo plazo, ampliación de spreads de crédito y, sin duda, shocks periódicos en los mercados de acciones”.