Firmas como Vanguard calculan que la cuota de la gestión pasiva en Europa podría multiplicarse por tres en la próxima década, desde el 15% que ocupa actualmente. Esto significa un incremento similar al registrado en EEUU, donde según cálculos de Moody’s Investors Service, los fondos indexados superarán a sus pares ‘activos’ en apenas 7 años. […]
Dirigentes Digital
| 21 feb 2017
Firmas como Vanguard calculan que la cuota de la gestión pasiva en Europa podría multiplicarse por tres en la próxima década, desde el 15% que ocupa actualmente. Esto significa un incremento similar al registrado en EEUU, donde según cálculos de Moody’s Investors Service, los fondos indexados superarán a sus pares ‘activos’ en apenas 7 años. Según datos de Morningstar recopilados por Bloomberg, los activos totales bajo el paraguas de la gestión pasiva se han incrementado un 80% hasta los 1,1 billones de euros en tres años (hasta 2016). Y firmas como Vanguard se han beneficiado de ese crecimiento. Por ejemplo, la firma ha pasado de contar con un reducido número de profesionales en la región a formar un equipo de 300 gestores con unos 110.000 millones de euros en activos. Y lo ha hecho a base de una estrategia ‘low cost’ que con comisiones medias que actualmente rondan el 0,18% frente al 1% de sus competidores. La idea es, a partir de ahora, trasportar el modelo de negocio que ha desarrollado en EEUU al Viejo Continente. Y que otras gestoras sigan sus pasos. Hay que tener en cuenta que el potencial de crecimiento es enorme si se compara la cuota de mercado europea con la que la gestión pasiva representa en la primera potencia mundial. “El entusiasmo de los inversores de ETF continúa”, explica Hortense Bioy, responsable europeo de análisis de gestión pasiva en Morningstar en un reciente informe de la firma. “Los activos de ETFs están a punto de superar los de los fondos de índices tradicionales, una señal de que los inversores aprecian la flexibilidad y la opción ofrecida por los ETF. Podemos esperarnos a que la adopción de los ETFs en Europa se vaya acelerando.” En 2016, los ETFs europeos recolectaron unos 48.000 millones de euros, alcanzando al final del año unos 546.000 millones de euros de activos bajo gestión. Con 142 nuevos lanzamientos, el número de ETFs cotizados en las bolsas del viejo continente era de 2.373 al 31 de diciembre de 2016. Los fondos índice tradicionales por su parte han atraído casi 44.000 millones de euros en flujos netos, cerrando el año con 576.000 millones de activos bajo gestión. A finales de 2016, había 965 fondos índice disponibles en Europa. Por su parte, los fondos de inversión de gestión activa (36.153 disponibles en Europa) crecen más lentamente, pero todavía dominan los flujos, con 143.000 millones de euros recaudados el año pasado, con lo que el total de activos bajo gestión se sitúa en los 5,68 billones de euros. El caso del Reino Unido Reino Unido es sin duda un enclave fundamental para lograr estos objetivos de crecimiento. Pese a los temores por el Brexit, allí seguirán concentradas las grandes actividades de negociación y compra y venta de productos financieros. Y el sector se enfrenta a un enorme reto desde que el regulador puso el pasado año la lupa en una industria que considera que debería ser medida con el mismo rasero que la banca tradicional. De momento, las gestoras internacionales allí presentes ya han rechazado varias ideas de reformas para la industria presentadas por el regulador británico, que busca una mayor competencia y, sobre todo y lo más polémico, una reducción en los costes para los inversores. Vanguard, Old Mutual Global Investors y New City Initiative, una asociación de 54 gestoras independientes, se niegan a poner en marcha la polémica propuesta que obligaría a las gestoras de fondos a presentar a los inversores una comisión anual ‘all-in’. Es decir, una comisión que incluya cargos tan complejos de estimar de forma anual como, por ejemplo, los gastos de trading en las operaciones de compra y venta de valores. La preocupación del regulador radica en que los inversores pueden incurrir en costes inesperados a lo largo del año (como cargos de negociación) que no están incluidos en las comisiones anuales de gestión. Pero las gestoras se oponen en bloque, al considerar que una comisión común de esas características no será efectiva, por las diferencias que existen entre cada uno de los fondos. Es más, directivos de la propia Vanguard alertan que esta medida podría desembocar en que las gestoras ‘inflen’ sus estimaciones de los costes de operación para proteger sus beneficios, tal y como recoge la carta enviada al regulador recogida por el Financial Times. Esta persecución a los productos ‘demasiado caros’ emprendida por el regulador británico, también podría estimular nuevos lanzamientos de fondos pasivos en Europa.