La compañía admite en su comunicado de resultados que el sector de la construcción "muestra contradicciones significativas". El aumento de actividad no se traduce en un incremento de los ingresos. El área de construcción ha generado unas provisiones extraordinarias de 9,1 millones que han lastrado la cuenta de resultados, junto al impacto negativo de las divisas y la venta de Globalvía.
La constructora destaca que sin estos efectos el beneficio neto hubiera ascendido a 10,6 millones de euros, frente a los 6,2 millones del año pasado. La menor actividad del área de construcción se ha traducido en una caída de los ingresos de un 6,8% hasta los 1.382 millones de euros.
El Ebitda se situó en 153,6 millones de euros, lo que representa un retroceso del 9,3% respecto el año anterior, debido principalmente a la dotación extraordinaria de provisiones al área de Construcción, así como por la falta de contribución al resultado derivado de la terminación de obras.
La deuda financiera neta se redujo en 771,7 millones de euros respecto el cierre del ejercicio 2015, hasta los 4.700 millones, lo que supone un 14% menos por el efecto de la ampliación de capital completada en marzo pasado junto con la contención de los gastos, el control de las inversiones, la venta de Globalvía y las medidas para preservar y mejorar la generación de caja.
Al cierre del trimestre, la cartera de pedidos permanecía prácticamente como un año antes hasta alcanzar los 32.385 millones frente a los 32.500 millones de finales de diciembre de 2015.