Gestión del riesgo empresarial. Una asignatura pendiente de muchas empresas más preocupadas por reforzar sus ratios de solvencia para cumplir con los exigentes requisitos regulatorios derivados de la crisis. En este contexto, los expertos reunidos en la reciente Jornada Enterprise Risk Management celebrada por el IEB junto con Axesor y Ferrovial, explican el impacto de […]
Dirigentes Digital
| 22 ago 2014
Gestión del riesgo empresarial. Una asignatura pendiente de muchas empresas más preocupadas por reforzar sus ratios de solvencia para cumplir con los exigentes requisitos regulatorios derivados de la crisis. En este contexto, los expertos reunidos en la reciente Jornada Enterprise Risk Management celebrada por el IEB junto con Axesor y Ferrovial, explican el impacto de la nueva regulación en las compañías.
"La nueva regulación bancaria afectará a las empresas, que deberán controlar con quién realizar sus operaciones financieras y dar parte al regulador en un periodo máximo de 48 horas después de la contratación de un producto determinado", explican los expertos.
Desde el punto de vista de las entidades, la puesta en marcha de Basilea III es uno de los principales retos que deben afrontar, ya que asumirán un mayor coste de capital puesto que los préstamos computan como gastos, lo que les obliga a alcanzar una mayor rentabilidad por cada euro prestado.
Precisamente, las entidades han sufrido tres grandes impactos derivados de la nueva regulación para esquivar los riesgos: deben asignar más capital, reducir su apalancamiento y destinar un mayor porcentaje de recursos propios y liquidez en sus balances.
Las nuevas directivas EMIR, MIFIR y CRD IV provocan un impacto en el coste crediticio, que se puede duplicar o incluso triplicar, por lo que el número de entidades con los que se puede operar se ha acotado de forma sustancial.
S&P estima que el coste de financiación puede incrementarse entre 30.000 y 50.000 millones para las empresas prestatarias de la eurozona y entre 9.000 y 14.000 millones en las estadounidenses. En este escenario, los préstamos tradicionales de la banca se están reduciendo, por lo que las compañías deben explorar otras vías de financiación alternativas a las bancarias.
CLAVES PARA LA GESTIÓN
Según los expertos, una de las claves para una correcta gestión del riesgo es evitar que un acontecimiento externo afecte de modo adverso o negativo a la consecución de objetivos, pasa por un conocimiento meridiano de su situación.
Para ello, es fundamental realizar un control exhaustivo en toda su cartera de clientes y potenciales clientes. La calidad del riesgo de crédito y cobro estará siempre determinada por la reducción de las garantías del contrato y por la posibilidad de que se incumpla el mismo.
En este sentido, Axesor desarrolla herramientas para minimizar el riesgo de crédito en las empresas no financieras a través de soluciones reactivas y proactivas. Uno de los actores fundamentales en este ámbito son los Sistemas de Autogestión, que realizan una labor básica y que permiten vigilar que las operaciones comerciales cumplen los objetivos establecidos a través de un modelo de seguimiento de información actualizado y un mecanismo de protección de riesgo en operaciones concretas.
La gestión integral del riesgo conlleva involucrar a toda la organización de la compañía, con el aval del Consejo de Administración, para integrar todo el espectro de posibles riesgos y delimitarlos en función de la cadena de valor del negocio. El objetivo no es otro que buscar las fórmulas más eficaces para prevenir los riesgos previsibles o mitigar sus efectos, en el que caso de que no se haya podido evitar el alcance de su amenaza.
Involucrar a toda la organización e integrar al espectro de todos los riesgos potenciales son los pilares en los que se basa el éxito del modelo desarrollado por Ferrovial, como explicó su gerente corporativo en riesgos, Andrés González Turiño.