Según un análisis llevado a cabo por Financial Times sobre las 20 mayores gestoras cotizadas en Europa y EEUU, Larry Fink y James Kennnedy fueron el pasado año los CEOs del sector con la mayor retribución variable comparada con sus salarios. Los datos reflejan cómo en el periodo, los bonus recibidos por los CEOs de […]
Dirigentes Digital
| 06 sep 2016
Según un análisis llevado a cabo por Financial Times sobre las 20 mayores gestoras cotizadas en Europa y EEUU, Larry Fink y James Kennnedy fueron el pasado año los CEOs del sector con la mayor retribución variable comparada con sus salarios. Los datos reflejan cómo en el periodo, los bonus recibidos por los CEOs de las compañías analizadas superaron en 15 veces la media de sus salarios.
De hecho, los ratios son muy superiores en las firmas de gestión de activos que en la banca de inversión, donde los dirigentes de las cinco mayores firmas estadounidenses recibieron una retribución variable 10 veces superior a sus salarios.
A pesar de que las altas remuneraciones variables son defendidas desde el gestor como una fórmula para retener el talento en sus empresas, la situación difiere mucho de la que enfrenta la gran banca, que tras la crisis financiera global, ha estado sometida a una regulación mucho más estricta en estos términos. Algo que, de momento, las gestoras de fondos no han sufrido.
Pero las tornas podrían cambiar en los próximos años. De momento no se ha tocado el tema de las retribuciones. Pero los reguladores llevan tiempo tanteando la posibilidad de aplicar medidas similares a los test de estrés a la banca para las grandes gestoras de fondos, ante el riesgo que pueden suponer la falta de liquidez en ciertos segmentos del mercado para que estas entidades puedan hacer frente a los reembolsos en momentos de estrés.
El pasado año, incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertaba sobre el crecimiento de los fondos de deuda y el peligro de sus estrategias sobre activos menos líquidos en busca de una mayor rentabilidad. Una situación que podría desencadenar graves problemas en momentos de pánico, en los que la irracionalidad del mercado desata las ventas en una especie de efecto dominó casi imparable.
En aquel momento, la institución apostaba por vigilar más al sector, y ya se hablaba de incluir test de estrés similares a los realizados por la banca.
También el pasado año, el regulador estadounidense (SEC), propuso nuevos requisitos de información para las gestoras de fondos y asesores financieros, que tendrían que hacer frente a detallados informes mensuales que permitan al organismo evaluar posibles riesgos sistémicos. Los nuevos informes se remitirían a la SEC de forma mensual. Sin embargo, la industria de fondos de inversión ha expresado su malestar por la obligatoriedad de hacer pública tanta información y de una forma tan periódica. En respuesta, la SEC propuso que la información solo se haría pública en el tercer mes de cada trimestre.
La propuesta se enmarca dentro de la nueva regulación a la que la industria de gestión de activos estadounidense tendrá que hacer frente a partir de octubre de 2016. Entre los aspectos más destacados de la norma se encuentra el cambio en el valor liquidativo de los activos de los fondos monetarios destinados a los inversores institucionales, que hasta ahora se mantenía en 1 dólar de manera estable. A partir de esa fecha, estos productos tendrán que aplicar un NAV variable, con lo que este dependerá del precio del mercado de sus títulos.
La pregunta es si el próximo paso de los reguladores irá encaminado a restringir aún más los elevados bonus de los directivos de estas firmas.