A cierre de diciembre de 2016, la deuda soberana global con rentabilidades negativas se contrajo ligeramente hasta los 9,1 billones de dólares americanos, según datos de Fitch Ratings. Recordemos que en el verano se llegaban a alcanzar casi los 12 billones de dólares con yields por debajo de cero con, por ejemplo, el bono a […]
Dirigentes Digital
| 30 ene 2017
A cierre de diciembre de 2016, la deuda soberana global con rentabilidades negativas se contrajo ligeramente hasta los 9,1 billones de dólares americanos, según datos de Fitch Ratings. Recordemos que en el verano se llegaban a alcanzar casi los 12 billones de dólares con yields por debajo de cero con, por ejemplo, el bono a 50 años suizo o el 15 años alemán entrando en dicho ‘universo’. Sin duda, desde la segunda mitad del pasado ejercicio se ha producido un cambio drástico en el entorno del mercado de renta fija, acelerado por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Ahora, con nuevas expectativas de crecimiento, inflación y tipos de la Reserva Federal (Fed), la escalada de los retornos de los bonos parece avanzar inexorable. Ahora bien, analistas y expertos recuerdan que el punto de partida es ‘muy bajo’ y, sobre todo, que el ‘efecto de arrastre’ de Estados Unidos sobre Europa se verá contrarrestado por la postura acomodaticia del Banco Central Europeo (BCE) y, es más, recuerdan que todos los bancos centrales tienen ahora un fuerte control sobre la deuda y no van a dejar que ‘se les vayan de las manos’. Con todo, la idea generalizada es que es justo este riesgo uno de los mayores que afronta el mercado y que la inversión en renta fija será complicada en cualquier caso… Desafío que se afronta en la mayor parte de las carteras reduciendo duración y, por tanto, riesgo de tipos. “Estamos en una situación antinatura: un inversor que invirtiera en julio 5.000 dólares en bonos a 10 años de Estados Unidos en seis meses tiene 4.530 dólares (-9,4%)… Se pierde dinero y en algún momento esta situación debe revertirse”, señalaba Pelayo Gil-Turner, director gestión en Iberia de Julius Baer. “Hay riesgo en la renta fija” y, aunque resulte paradójico, “hay que ser conservador y eso ahora supone no tener duración” en este activo. Ahora bien, tal y como apunta Fitch, esta reducción de los plazos ha provocado que la rentabilidad de los más cortos se adentre en territorio negativo: a -77 puntos básicos negativos desde los -38 de junio. “Los fondos mutuos están incentivados a mantener papel gubernamental de corto para su liquidez diaria, por lo que se verán obligados a asumir riesgos incrementales adicionales en sus carteras si estas yields caen aún más”, alertan estos analistas. El movimiento a la baja, añaden, fue especialmente importante en España e Italia en diciembre. 
En este sentido, Simon MacAdam, de Capital Economics, espera que las rentabilidades de la deuda periférica europea continuará aumentando. Indica este analista que “no podemos descartar la celebración de elecciones en Italia este año, aunque no deberían celebrarse hasta el próximo. Y, de producirse, el euroescéptico Movimiento Cinco Estrellas (M5S) ganará enteros. Además, los problemas económicos, bancarios y fiscales del país hacen que sus bonos sean especialmente vulnerables”. Por otra parte, añade, el “BCE ha dejado claro que no tratará de contrarrestar la evolución del mercado impulsada principalmente por cuestiones políticas”. Reconoce que la autoridad monetaria de la Zona Euro no dejará que las presiones se descontrolen, pero su capacidad, cree, “es limitada ya (…) Es más, mientras las preocupaciones sobre la ruptura de la Zona Euro en 2011-2012 se debieron a factores económicos principalmente, esta vez los temores vienen del lado político y el organismo puede hacer poco en este frente”.
