Los expertos reunidos en el evento mantenían una misma idea común: que el problema real de los sistemas de pensiones es, en realidad, una buena noticia: viviremos más y mejor. A partir de este argumento, los expertos coinciden en la urgencia de realizar profundos cambios en el sistema, entre otros desarrollando productos financieros que ayuden […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Los expertos reunidos en el evento mantenían una misma idea común: que el problema real de los sistemas de pensiones es, en realidad, una buena noticia: viviremos más y mejor. A partir de este argumento, los expertos coinciden en la urgencia de realizar profundos cambios en el sistema, entre otros desarrollando productos financieros que ayuden a afrontar el nuevo escenario.
El presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI) y catedrático de Economía y Empresa, Emilio Ontiveros, destacó que "en países como España es muy difícil conciliar esa necesidad de disponer de instrumentos financieros susceptibles de inversión por parte de las compañías de seguros o los fondos de pensiones con un grado de bancarización tan intenso como el nuestro".
Del mismo modo, Ignacio Izquierdo, consejero delegado de Aviva España, advirtió que hay que emprender soluciones con decisión y creatividad. "No se está cuestionando la sostenibilidad del sistema, al menos en el corto plazo. Pero cada vez trasladamos más responsabilidad a los ciudadanos, y eso no puede ser así sin ayudarles con herramientas, información y educación para que tomen de la mejor forma posible sus decisiones", explica.
Así lo considera también James Vaupel, director ejecutivo y fundador del Instituto Max Planck de Investigación Demográfica, que durante su ponencia coincidió en asegurar que la población vivirá cada vez más, "en mejor estado de salud a cada edad, retrasando la discapacidad hacia edades cada vez más tardías". Este escenario de una línea ascendente de la longevidad solo deja a su juicio una solución posible: trabajar más años, pero menos horas a la semana. "Hay que apostar por una redistribución del trabajo, porque cuanto más trabaja una persona, mejor salud física y mental".
Vaupel considera que no habrá una crisis global de las pensiones, "pero solo si una gran parte de la población trabaja más años". El profesor, es consciente de que "hacer este tipo de reformas será muy complejo en determinados países", por lo que no descarta que esa crisis se reproduzca en aquellos que no sean capaces de tomar las medidas adecuadas.
En el mismo sentido se manifiesta Nicholas Barr, profesor de políticas públicas de la London School of Economics. En su opinión, el mayor problema "no es que la gente viva demasiado tiempo, sino que se retiran demasiado pronto". A su juicio, los sistemas de pensiones de los países desarrollados "no han sabido adaptarse a las tendencias a largo plazo, como el aumento de la esperanza de vida, la caída de la natalidad, o los retiros tempranos".
Para Barr, solo hay cuatro soluciones posibles: un menor volumen de las pensiones mensuales, una jubilación más tardía, mayores cotizaciones o políticas para aumentar la productividad. ""Cualquier propuesta para mejorar las pensiones que no englobe una o más de estas aproximaciones será una solución ilusoria", explica el profesor, que asegura que incluso en ausencia de fenómenos como el baby boom tendríamos problemas si no se adaptan los sistemas con suficiente premura.
Por su parte, Clive Bolton, director de retirement solutions de Aviva UK & Ireland, hizo un repaso por el sistema de pensiones de Reino Unido, destacando que los productos tradicionales para afrontar la jubilación están sufriendo cambios radicales por las nuevas regulaciones de los mercados. A su juicio, en los próximos años se multiplicarán las opciones en este sentido, por lo que "los ahorradores deberán asumir más control de sus finanzas". El experto mostró además su preocupación por la falta de productos innovadores que permitan al ahorrador financiar su jubilación.