A pesar de la volatilidad de los mercados y la incertidumbre respecto a la economía, Banca Marcha no ha cambiado sus principales líneas estratégicas, bajo la hipótesis de que el repunte económico en EEUU y Europa continuará y que la desaceleración en China estará controlada. Respecto al gigante asiático, principal preocupación de los inversores en […]
Dirigentes Digital
| 04 sep 2015
A pesar de la volatilidad de los mercados y la incertidumbre respecto a la economía, Banca Marcha no ha cambiado sus principales líneas estratégicas, bajo la hipótesis de que el repunte económico en EEUU y Europa continuará y que la desaceleración en China estará controlada. Respecto al gigante asiático, principal preocupación de los inversores en las últimas semanas, apuntan a que "las medidas de estímulo y de liberización financiera no han sido bien comunicadas o no han sido bien interpretadas por el mercado, lo que ha multiplicado la volatilidad".
Sin embargo, consideran que frente al temor por los malos datos de manufactura y exportaciones, los inversores "han pasado por alto que los datos del sector servicios, de consume e inmobiliario han sido bastante positives". Consideran que con reservas cercanas a los 4 billones de dólares, el país será capaz de hacer frente a una posible crisis de crédito, otro de los factores que más incertidumbre genera en el mercado.
El papel de los bancos centrales
Bajo un escenario de baja inflación y ante la perspectiva de que la caída de los precios de las materias primas se deje notar en el medio plazo, los expertos vuelven a apuntar a los bancos centrales como protagonistas en las próximas semanas. Respecto a la Fed, dudan de que el organismo presidido por Janet Yellen decida finalmente subir tipos en su próxima reunión del 17 de septiembre. "No obstante, antes de final de año habrá aumento del precio del dinero", explican. Tampoco descartan que el Banco Central Europeo (BCE) se vea obligado a tomar nuevas medidas de liquidez en caso de que sean necesarias.
En este contexto de políticas monetarias laxas, con tipos oficiales en mínimos e inyecciones de liquidez, desde Banca March apuntan a que los tipos ofrecidos por los depósitos y la rentabilidad de los activos monetarios seguirá congelada. Sin embargo, recuerdan que "la nula inflación en España y la capacidad de preservación de capital ante situaciones de mayor incertidumbre en los mercados de esta clase de activos son los factores que soportan nuestra recomendación de mantener un peso relevante en cartera". Así, mantiene su consejo de diversificar posiciones "a través de fondos de retorno absoluto de baja volatilidad".
Respecto a la renta fija, consideran que la esperada subida de tipos en EEUU castigará a los bonos americanos, y por contagio a la deuda alemana. Frente a la falta de atractivo de los países de alta calificación, y a pesar del posible impacto de episodios políticos, "seguimos recomendando mantener el peso en bonos periféricos, ya que las compras del BCE y la recuperación económica en estos países seguirán dándoles apoyo". Así, mantienen una visión positiva en deuda española e italiana, aunque reconocen que en el caso nacional, el proceso de elecciones puede generar cierta volatilidad en los mercados financieros del país.
En el mercado de crédito siguen sin ver atractivo en la deuda de empresas con grado de inversión, pero recomiendan mantener posiciones en high yield, "ya que la mejora del ciclo económico favorece un descenso de las primas de riesgo en estos bonos, que han sufrido las turbulencias de agosto y se encuentran en niveles de entrada muy atractivos".
¿Qué pasará en las Bolsas?
Frente al temor de numerosas firmas que han reducido exposición a renta variable para conformar sus carteras con liquidez tras la tormenta de agosto, los expertos de Banca March apuntan a que las Bolsas "seguirán apoyadas por beneficios a pesar de que han aumentado sus revisiones a la baja". Y señalan una mejora en las valoraciones tanto en términos de PER como de valor en libros y rentabilidad por dividendo, además del apoyo que supondrá para el mercado las operaciones corporativas.
Se muestran especialmente positivos en la Eurozona, donde ese potencial de aumento de beneficios es mayor, con unos menores costes y tipos de interés muy bajos. "También somos positivos en EEUU, porque los fundamentales empresariales son sólidos".