Teresa Romero está a salvo y es hora de hacer balance. Toca saber si las autoridades han aprendido las lecciones que ha dejado la mayor crisis sanitaria de los últimos años. Está claro que en el caso de la enfermera se sucedieron números fallos, que han sido reconocidos por el Ministerio de Sanidad al reforzar […]
Dirigentes Digital
| 04 dic 2014
Teresa Romero está a salvo y es hora de hacer balance. Toca saber si las autoridades han aprendido las lecciones que ha dejado la mayor crisis sanitaria de los últimos años. Está claro que en el caso de la enfermera se sucedieron números fallos, que han sido reconocidos por el Ministerio de Sanidad al reforzar el protocolo de seguridad. La imagen del médico de urgencias que atendió Romero saliendo del Hospital de Alcorcón y hablando con los medios de comunicación no se volverá repetir. Los sanitarios que estén en contacto con un infectado serán considerados de alto riesgo y estarán sometidos a un control más activo.
Las nuevas medidas que ha adoptado el Gobierno incluyen que no será necesario que la fiebre alcance los 38,6 grados para activar el protocolo. Bastará con unas décimas para que sean internados y sometidos a observación el personal que haya tenido contacto directo con enfermos de ébola. Incluir cámaras en las zonas donde se cambia el personal sanitario para controlar cómo se ponen o se quitan el traje de seguridad. Todavía no se sabe cómo se contagió Romero, aunque las sospechas apunten a que se produjo cuando se lo estaba quitando.
Desde Sanidad se asegura que está revisando la adquisición de trajes por otros más cómodos para facilitar el trabajo al personal sanitario. Desde el comienzo de la crisis, los sindicatos de enfermería criticaron que la indumentaria que se utilizó tenía un nivel 3 de seguridad, por debajo de la clasificación que establece la OMS para el ébola por el riesgo de contagio. Sin embargo, el Ministerio asegura que es suficiente el nivel de los actuales trajes pero mejorará el equipamiento que proporcione mayor comodidad.
La seguridad en aeropuertos también se ha intensificado especialmente en vuelos procedentes África Occidental. Todos los pasajeros deben responder a un cuestionario de Sanidad y se les hace un seguimiento durante 21 días, que es el periodo de incubación del virus. Este mismo protocolo se aplica a todos los vuelos, incluso privados, que viajen a esta zona del continente africano. España solo recibe vuelos directos desde Lagos (Nigeria),operados por Iberia, ruta que cuenta con cuatro conexiones a la semana, que salen desde la T4.
El protocolo ya ha sido activado en dos ocasiones durante el mes de octubre. El primero en un vuelo procedente de París donde los pasajeros hicieron escala procedentes de Lagos, Nigeria. Se trató de una falsa alarma al tratarse de un caso de malaria. A los pocos días un ciudadano nigeriano falleció en el aeropuerto de Barajas. Se temió también por tratarse de ébola pero murió a la espera de asistencia tras romperse en el interior de su organismo la droga que transportaba. Varios trabajadores denunciaron que a pesar de activarse el protocolo, hubo desconcierto para decidir que personal debía atender al enfermo. En ambas situaciones, distintos operarios se han quejado de no recibir la formación necesaria para actuar de manera adecuada en estos casos y carecer de medidas de seguridad.
Pese a que todos los casos de ébola y de aislamiento fueron ingresados en el Hospital Carlos III, la Comunidad de Madrid sigue con sus planes de convertir la instalación en un centro de estancia posoperatoria. Eso sí, La sexta planta del centro queda reservada para atender posibles nuevos casos de ébola. La Comunidad de Madrid ha reformado las instalaciones con obras en las cuatro habitaciones antiguas con el objeto de acometer obras de mejora y ampliación de las esclusas. En los planes de las autoridades está que ingresen aquí nuevos centros hasta que esté habilitado el hospital militar Gómez Ulla para el aislamiento de pacientes contagiados con enfermedades contagiosas, no sólo del ébola.