De estas herencias de 4 billones que se transmitirán en poco años de una generación a otra, 3,2 billones están en Estados Unidos y, según el ‘2017 Wealth Transfer Report’ elaborado por RBC Wealth Management y Scorpio Partnership, menos de un tercio de los encuestados reconoce tener un plan completo para la transferencia de su riqueza. De […]
Dirigentes Digital
| 04 feb 2017
De estas herencias de 4 billones que se transmitirán en poco años de una generación a otra, 3,2 billones están en Estados Unidos y, según el ‘2017 Wealth Transfer Report’ elaborado por RBC Wealth Management y Scorpio Partnership, menos de un tercio de los encuestados reconoce tener un plan completo para la transferencia de su riqueza. De hecho, un 30% reconoce que no ha hecho nada para preparar este ‘evento’. Al mismo tiempo, apenas el 37% de los herederos estadounidense afirma haber conversado sobre sus herencias antes de recibirlas de sus ‘benefactores’. “Es una tendencia que tiende a repetirse generación tras generación”, explica Tom Sagissor, presidente de RBC Wealth Management-US. “Pero hay señales alentadores que apuntan a que la próxima generación de herederos estará mejor preparada: los padres de hoy están educando a su hijos sobre su patrimonio de forma más temprana y tratando con ellos el tema”. De hecho, de las tres regiones, los estadounidenses son los más proactivos a la hora de educar a la siguiente generación en cuestiones patrimoniales: el 60% ya ha comenzado el proceso, frente al 51% de los canadienses y el 53% de los británicos. Y, según el estudio, el conocimiento parece producir confianza: casi la mitad de los norteamericanos consultados creen que sus hijos podrán incrementar su patrimonio, frente al 39% de Reino Unido y el 42% de Canadá. Es más, los herederos son mucho más propensos a tener una estrategia para la transmisión de estas herencias si ellos mismos la han recibido ya: el 37% de los estadounidense que han heredado tiene una plan completo en este sentido y el 58% la idea de hacerlo; frente al 20% y al 50%, de los que aún no han recibido patrimonio pero lo esperan en el futuro. “Las discusiones en torno a la planificación de la sucesión y la sucesión misma suelen estar muy cargadas emocionalmente, por lo que las familias tienden a alejarse de ellas”, añade Bill Ringham, vicepresidente y estratega senior de la firma. “Sin embargo, para aquellos que quieren dejar un legado y asegurar que el patrimonio que han construido está protegido a través de las generaciones, la comunicación y la planificación son claves”.